CIUDAD DEL VATICANO (VIS).- Esta semana se hizo público un comunicado sobre la XIV reunión del Consejo Especial para América de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar el 17 y 18 de noviembre. El Sínodo para América se celebró en el Vaticano en 1997.
En las sesiones, presididas por el arzobispo Nikola Eterovic, secretario general del Sínodo de los Obispos, participaron cuatro cardenales y seis arzobispos y obispos, que analizaron la situación eclesial y social y la enculturación de la Buena Nueva en el continente americano.
En el comunicado se señala que “el proceso de enculturación depende en gran medida de una equilibrada educación en la fe, desarrollada sobre todo por las familias, las escuelas y las universidades católicas y hoy, de manera verdaderamente urgente, a través de los medios de comunicación, cuyo uso correcto y competente constituye un vehículo de extraordinaria eficacia pastoral”.
Los cardenales y obispos manifiestan su preocupación por “el comercio de la droga, el dinero de procedencia ilícita, la corrupción, la violencia, la carrera de armamento, la discriminación racial, la deuda externa, la desigualdad entre los grupos sociales y la irracional destrucción de la naturaleza”.
Por lo que respecta a la corrupción, “la Iglesia -aseguran- apoya los esfuerzos de las autoridades civiles dirigidos a erradicarla o al menos reducirla. Está dispuesta a contribuir eficazmente a eliminar este mal de la sociedad civil con una adecuada educación de los fieles y con una mayor presencia de laicos cristianos cualificados que, por su formación familiar, escolar y parroquial, promuevan la práctica de valores como la verdad, la honradez, la laboriosidad y el servicio al bien común”.
Otro tema que preocupa es “la facilidad con la que pueden circular las armas”. En este contexto, los obispos piden “que de las Iglesias particulares de América se alce una voz profética que denuncie el rearme y el escandaloso comercio de armas de guerra, que absorbe ingentes sumas de dinero que deberían destinarse, en cambio, a combatir la miseria y a promover el desarrollo”.
En el comunicado también se hace referencia a la inmigración, “que afecta, en particular, a numerosas personas y familias procedentes de naciones latinoamericanas, que se han establecido en las regiones del norte del continente”.
Entre las esperanzas de la Iglesia en América, destaca la “gran misión continental que se está llevando a cabo en los países de América Latina para promover la nueva evangelización”, así como “las iniciativas pastorales y de promoción humana de la Iglesia, de solidaridad con los pobres y marginados”.
Los miembros del Consejo subrayan la necesidad de “fomentar una cultura de la solidaridad, partiendo del Evangelio, que incentive oportunas iniciativas de apoyo a los pobres y a los marginados, especialmente a los refugiados”.
El comunicado concluye anunciando que la XV reunión del Consejo Especial para América de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos se celebrará el 16 y 17 de noviembre del 2010.