Un brazo
Por Yasunari Kawabata -Puedo dejarte uno de mis brazos para esta noche -dijo la muchacha. Se quitó el brazo derecho desde el hombro y, con la mano izquierda, lo colocó sobre mi rodilla. -Gracias -me miré la rodilla. El calor del brazo la penetraba. -Pondré el anillo. Para recordarte…