Por Susana Merino
Hablo contigo…
Cuando por las mañanas
El aire soleado me despierta
Para recordarme que estoy viva
Hablo contigo…
Durante el día
Cuando el bullicio cunde
O cuando mis pensamientos
Se enlazan y entrelazan en silencio
Entretejiendo escalas
Para alcanzar el Reino
Hablo contigo…
Hablo contigo
Desde la gratuidad de las palabras
Desde la historia antigua
Que acude a mi memoria
Hasta la historia nueva
que surca sin sosiego mis arterias
Entre el oriente y el poniente
Desde el cenit y hasta el nadir
Hablo contigo.
Y por las noches
Mientras las mariposas del sueño
Anidan lentamente
Debajo de mis párpados
Hablo contigo…
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Entiendo y no comprendo
“El alma no tiene secreto que el comportamiento no revele”
Lao-Tsé
Entiendo tus palabras
Podría definirlas por sus significados
Podría hasta bucear en su etimología
en un contexto estéril
y ajeno al contenido en que se me presentan
pero… no las comprendo.
Entiendo lo que expresan
más no lo que me ocultan
Tal vez viejos resabios
o antiguas reticencias que evocan al pecado
Y niegan el arcano principio
de la vida y de los sentimientos
Entiendo que el olvido puede ser más persuasivo
Que una temible daga
Pero también es cierto que un cono de silencio
Puede ser un escudo para ocultar el alma,
Para acallar los ecos de un sueño trasnochado
Ingrávido y lejano
Entiendo y no comprendo
Ya mi camino es breve
Y sin embargo en vano buscaba recorrerlo
Por un sendero nuevo
Buscando simplemente un noble compañero
Que al compartir mi carga me anticipara el cielo.
Susana Merino escribe desde Argentina.