Dos poesías

Por Rafael Plaza Veiga


Lección de anatomía

¿Qué puedo hacer con estos ojos

que hambrean sin tino

tu mirada exacta?

Cada mañana olfatean la vida

y topan con la miseria degradada

la mentira falaz y la rutina.

¿Qué puedo hacer con estas manos

sino ahogarlas en la soledad del aire

mientras resbalan ambas en la huída?

¿Qué puedo hacer con estos dedos

que dibujan verdades maniatadas

y hacen brotar sangre a los papeles?

Estos dedos que apuntan de frente

saliéndoles la bala

por detrás.

¿Qué puedo hacer con esta boca

sedienta de saliva, de suspiros de fuego,

sino beber el acíbar de unos labios cerrados?

¿Qué puedo hacer con este cuerpo,

pasión asesinada,

rico en búsquedas, miserable en encuentros?

¿Qué puedo hacer con la poesía,

inacabada búsqueda

en el vacío infinito de la belleza eterna?

¿Qué puedo hacer con la revolución soñada,

esperanza frágil de una victoria

sostenida en el filo de las bayonetas?

¿Qué puedo hacer con el amor,

pregunta sin final,

que se arropa en deseos de dudas sincopadas?

Ojos, manos, dedos, boca,

cuerpo,

poesía, revolución, amor…

Violencia oscura, bello tormento inevitable

Como un beso truncado,

Como una caricia hacia el abismo.

_________

¿Cómo decir no?

¿Cómo decir no a esta mujer

Que te pide un poema como quien pide fuego

Como pide el bastón un hombre sin mañana

Como pide el abrazo un niño sin patucos?

¿Cómo decir no a esta mujer

Que cimbrea sus caderas con aromas de Francia

Que va siempre apurando un sorbo de sonrisas

Que lleva en sus silencios un canto que estremece?

¿Cómo decir no a esta mujer

De cabellos de oro y ojos de esmeralda

Que acarrea la alegría como el que acuna a un ángel

Que transporta sus penas como quien mece a un niño?

¿Cómo decir no a esta mujer

Que mendiga unos versos como anhelando el agua

Que narra su pasado como quien pinta un cuadro

Que aún sueña adolescente con un mañana azul?

¿Cómo decir no a esta mujer

Que te acerca sus labios para apresar un beso

Que te abre sus brazos como un Cristo sin clavos

Que lanza en su mirada dos espadas de azúcar?

¿Cómo decir no a esta mujer

Que enjuga en su esperanza las tristezas del mundo

Que no se cansa nunca de admirar las estrellas

Y transporta en su piel todo el calor del cielo?

 

Rafael Plaza Veiga es periodista, escritor y poeta. Vive en España.

 

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