Por Gregorio Echeverría
Se veía bella aunque no se tratara de una cuestión
estética / cómo expresarlo cómo expresar
lo que no tiene rostro ni anatomía ni sustancia
a falta de todo esto / de todo lo que define
y delimita ¿cuál es el criterio la base el fundamento?
ah si fuera un Rodin o la Venus o el Laocoonte
y sus hijos / la Niké de Samotracia… bah cualquier
Victoria cualquier prostituta no muy entrada
en carnes con acento del Bronx parada con un brazo
en alto en medio de la bahía / parido o abortado
quién podría asegurarlo / si a fin de cuentas todo
se parece a todo y todo tiene que ver con todo
¿Unamuno? tal vez Shakespeare acaso LaoTsé
perhaps perchance / oh lengua traicionera claro
y límpido raudal más lípido que límpido / más límpido
que lámpido más lúbrico que lúdicro / tan craso
tan glóbico tan graso / misterio de misterios
oh diosa de siliconas busconas / tetona sesentona
qué hacer con este desperdicio estropicio
que arranca en un solsticio y muere en equinoccio
implosión de petronas de las mamas marranas
del chupete juguete de picardos bastardos y de apostura
prófuga / dónde están dónde se han ido / mis tiempos
queridos tus trasgresiones kármicas tus redonduras
cárnicas de sabrosura sárnica / ah pérfida plutónica
bataclana gestriónica de inflaciones somníferas
desinflaciones púdicas / Hermes dijo menem lo hizo
el campo es patria la venganza es dulce / sus tetas
son la imagen de nuestra patria ubérrima / Hera que era
la sembradora de la era / Flora que desimplora gata
que se desflora ternera que resbala por el paso de sirga
virgo que eternamente se zurce y se desvirga
porque la plebe quiere porque la plebe se empuñeta
vaca que es vaca mora porque nunca llora / vaca
que como el robledal necesita del agua y no la implora
loba capitolina devoradora de rómulos y rémulos
instigadora de fámulas y émulos fabuladora de príncipes
y régulos / oráculo de tambos citadinos azuzando
piquetes vespertinos / ah busto viperino de lengua
flameante y de ancas rampantes / siliconas por lanza
y bótox por estribo / esta es la fábula o la historia
de triste ejecutoria de la reina jamona que era lengua
leona de pezones vipéridos y de aureola escorpiónica.
Gregorio Echeverría escribe desde Ricardo Rojas, Argentina.