Por Enrique Soria
El espectro del colapso de Lehman Brothers a raíz de la crisis financiera del 2008 se exhibió el pasado 8 de marzo cuando las autoridades del poderoso Silicon Valley Bank (SVB) anunciaron desesperadamente que necesitaban 2,250 millones de dólares para cubrir sus pérdidas. Las redes digitales no se hicieron esperar y alertaron que el banco con sede en California no podía asegurar los fondos de sus clientes, la mayoría de ellos empresas tecnológicas y start-ups.
El pánico corría como reguero de agua y en un solo día, el mismo 8 de marzo, los clientes de SVB sacaron $42,000 millones dejando a la entidad financiera en una situación insostenible. Los reguladores entran en acción y asumen el banco el viernes 10 de marzo para tomar el control sobre los depósitos. A partir de ahí la Casa Blanca y la Reserva Federal lideran los acontecimientos y el propio presidente Joe Biden llama a la calma y garantiza que los depositantes no perderán su dinero, pero que no se protegerá a los inversionistas (accionistas y bonistas) que perdieron sus fondos porque «así es el capitalismo».
Biden con esa frase que pasará a la historia buscaba blindarse de la ira ciudadana que vivió la amarga experiencia el 2008 cuando los contribuyentes tuvieron que ir al rescate de los malos manejos de las financieras. En este caso los dineros federales iban a cubrir en su integridad los fondos de los depositantes y de esa manera la Casa Blanca desactivaba un posible contagio bancario. Biden aseguró que se abría una investigación y que las autoridades iban a despedir a los directivos de SVB y de la otra entidad bancaria con sede en Nueva York, Signature Bank, también en desplome por falta de liquidez.
El dinero del rescate ha salido del DIF, por sus siglas en inglés, creada expresamente para situaciones de emergencia y que se le conoce como Fondo de Garantías de Depósitos y cuyos fondos emanan de los pagos trimestrales que hacen los propios bancos y de los intereses que generan los bonos de gobierno. Para que todo quede bien claro la secretaria de Tesoro, el presidente de la Reserva Federal (que ejerce como banco central del país) y el presidente del FDIC, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, anunciaron que todos los dineros de la totalidad de los depositantes han sido rescatados sin importar los montos.
La rapidez con la que han actuado las autoridades, y en particular el presidente Biden, ha contenido lo que pudo haber sido una segunda crisis financiera y hoy alejado el pánico toca a los expertos examinar lo que ocurrió y evitar que esto vuelva a suceder. Sin embargo, el sistema bancario sufrió la depreciación de las acciones en varios bancos aunque la recuperación es ahora paulatina.
El desplome en caída libre se ha debido a dos factores. La pérdida del valor de las acciones de las empresas tecnológicas y la subida de los tipos de interés en Estados Unidos destinado a contener la inflación. Así los depósitos de los clientes de SVB, que sirvieron para comprar bonos de renta fija, perdieron valor a causa de las subidas de los tipos, pero esto no habría tenido mayores consecuencias si hubiera podido mantenerse en el tiempo de no ser porque los clientes, presionados por la situación económica, y ante la falta de liquidez, recurrieron a sus depósitos.