Desde el Día de Acción de Gracias a fines del mes pasado, el inmigrante mexicano Rodolfo Macías se encuentra en huelga de hambre frente a la Casa Blanca con la esperanza de que pronto pase el crudo invierno tanto para él como para millones de indocumentados que quieren ver una luz al final del túnel.
Macías, que tiene pendiente una orden de deportación dijo espera que tanto la Casa Blanca como el Congreso cumplan con legalizar a los indocumentados y frenen las redadas que han causado tantas divisiones familiares.
Macías también ha incluido en sus reclamos que el Congreso mexicano le pague una deuda por 50 mil dólares por una campaña que realizó por los indocumentados mediante el ahora clausurado periódico texano San Antonio Newspaper.
En el sitio YouTube se puede ver a Macías cuando en 2007 pidió su arresto por indocumentado durante una reunión de legisladores de México y Estados Unidos.
No pocos conocen a Macías por una intrépida acción que hizo en 1992 cuando se arrojó al río San Antonio, en Texas, para pedirle a Bill Clinton, entonces candidato demócrata a la Casa Blanca, que desconozca al presidente Carlos Salinas de Gortari.
En 1989 Macías ya se había proclamado presidente provisional de México en protesta contra lo que consideró como un gobierno “usurpador”.