Los Ángeles en tiempos de fuego y reconstrucción

Por Milagros Lizárraga

Los incendios en Los Ángeles que sorprendieron a los californianos el martes 7 de enero dejan muchas tareas pendientes que se tendrán que llevar a cabo pasada la emergencia.

Alrededor de 12,300 estructuras y 40,198 acres de terreno se han quemado, 130,000 personas han tenido que evacuar de sus viviendas, y hay 16 personas muertas confirmadas al momento por los incendios en Los Ángeles.

Ciudades han quedado en ruinas como si una bomba hubiera explotado en ellas, siendo Pacific Palisades, donde se originaron los incendios, la más dramáticamente afectada. Así mismo Malibu muestra un escenario que se asemeja a una postguerra, contrastando con el glamour y escenografía paradisíaca que le ha sido siempre característica. 

Ambas zonas son parte del disfrute de los californianos y turistas, ni qué decir escenario de películas de Hollywood, sedes de museos, centros culturales, religiosos, restaurantes con vistas del Océano Pacifico, mansiones de artistas famosos; la vida en ellas es parte de la “rúbrica californiana”.

Altadena fue otra de las primeras ciudades afectadas que ha quedado devastada por la furia del fuego, sumada a la sequía, y a vientos huracanados de hasta 80 millas por hora (según “The Weather Channel”). Los incendios han llegado a sumar 6 a la vez en diferentes ciudades angelinas, entre ellas las ciudades de Pacific Palisades, Malibu, Altadena, Pasadena, Sylmar, Hollywood, Woodland Hills, Topanga, Encino, Brentwood. Algunos de los fuegos, que han tomado los nombres de “Palisades”, “Eaton”, “Hurst”, “Kenneth”, “Archer”, “Lidia”, “Creek”, “Viewline”, siguen estando aún con vida; como ocurre con el más feroz de ellos, el “Palisades”, que después de estar ardiendo 5 días, se encuentra al momento con un escaso 11% de contención.

Las causas de los incendios aún están en investigación; así mismo, una vez pasada la emergencia, se investigarán acciones como los recortes de $17.6 millones de dólares al presupuesto del 2024-2025 de los bomberos en la ciudad de Los Ángeles, y la falta de agua para combatir los incendios en algunos de los grifos y reservorio. 

El gobernador de California, Gavin Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, se han comprometido a llevar a cabo dichas investigaciones. Ambos han explicado que la gran e inusual velocidad de los vientos huracanados hacía imposible combatir el fuego por aire, habiendo sido éste el factor principal para tamaña destrucción. 

La jefa del departamento de bomberos de L.A., Kristin Crowley ha dicho públicamente que los recortes de presupuesto al Departamento de Bomberos de Los Ángeles han afectado su capacidad de respuesta en esta emergencia sin precedentes, así mismo se refirió a la frustración de sus bomberos al no encontrar agua en varios grifos a la hora de apagar el fuego.

A la angustia provocada por los incendios se suma a la provocada por redadas de inmigración en varias ciudades del Sur de California como Bakersfield, y según reportan personas en las redes sociales, el Valle de San Fernando y Pasadena. 

Gladys Escudero, peruana residente en California, quien estuvo en el centro de la emergencia misma en Altadena, teniendo muy poco tiempo para evacuar el mismo martes 7 de enero que se inició el primer incendio, nos dice: “Esto ha sido por los vientos, ha sido imposible que los aviones o helicópteros pudieran apagar algo allí, el viento era como huracán. Nadie espera una situación de esta magnitud. Viví en Altadena por 30 años, llegué a este país en 1994 con un niño de 7 años cruzando 5 países, gracias a Dios pude crear un negocio, mis hijos crecieron en Altadena, ambos son profesionales. Por 26 años viví como inmigrante con miedo a las redadas; el escuchar ahora que aparte de esta situación horrible amenacen a agarrar a nuestra gente con redadas en los mercados “Vallarta”, “Food for Less”, que encima venga migraciones, es terrible. Me pasé los años limpiando casas y gracias a Dios los americanos que vivían en Altadena siempre fueron generosos. Mi corazón está devastado porque toda esa parte de Altadena era de mis clientes; todo se ha perdido, no sólo he perdido mis 4 vans de mi negocio, sino también mis clientes se han quedado sin casas. Me duele saber que no podré volver, aunque aún no sabemos si existe el sitio donde vivía o no… es vivir en el limbo. Hace 30 años vine sin nada, yo sé que voy a salir adelante, no me voy a dejar vencer. Mi hijo también perdió todo, su casa se incendió.”

El Dr. Guillermo Young, quien tiene un consultorio particular de cardiología infantil en Hollywood, y quien prevé que se presentarán muchos casos con problemas pulmonares y cardiacos debido a la mala calidad de aire que se está respirando producida por los incendios, evacuó el viernes 10 de enero de su casa en Encino. El Dr. Young nos dice: “Es la madre naturaleza que con su fuerza tan imperativa ha tratado de destruir esta zona, como lo hace con Florida, con Puerto Rico. Deberíamos pensar en los puertorriqueños, los de Florida que les pasa todos los años, pero se recuperan, hay que pensar en ellos, son tan latinos, tan fuertes y se recuperan.Trump engaña a la gente, el gobernador de California es magnífico y lo está tratando de incriminar. Sería bueno que Trump diga ahora que ha habido este incendio: Hay que  darle cabida a los indocumentados; en lugar de estar tratando de agarrarlos. Los vientos de Santa Ana que generalmente hay todos los años aquí son de máximo 20, 25 millas por hora; ahora han sido de 100 millas por hora, más fuertes que los tornados que azotan la Florida; los de Puerto Rico llegan a 140, 180 millas por hora, pero traen agua; aquí no hay nada de agua. He vivido en L.A. desde el año 1972; en mi casa de Encino tengo más de 40 años. Afortunadamente a dos millas de mi casa hay un reservorio de agua en un parque, sospecho que eso ha ayudado mucho a los bomberos. Necesitamos bastante agua, reservorios. Tengo amigos que han perdido todo. He tenido la suerte de que al fuego que iba a tocar nuestra zona, el viento se lo llevó”.

Una de las reflexiones a la que los incendios en Los Ángeles nos llevan, es a replantear los códigos de construcción en la nueva realidad de California, en un mundo con un calentamiento global en donde la mayor amenaza del entorno angelino —que han sido los terremotos—, podría estar siendo desplazada por los incendios, los cuales año a año ocurren y cada vez son más devastadores.

Los códigos de construcción en California tienen regulaciones para que las edificaciones sean resistentes a los terremotos; las casas están hechas principalmente de madera que es más flexible a los movimientos sísmicos; pero que también arde fácilmente terminando por echar, literalmente, más leña al fuego.

La Villa Getty se erige entre los escombros de Pacific Palisades como una señal del posible camino a seguir en la reconstrucción. La Villa Getty ha sido construída con material de piedra resistente al fuego, así mismo su techo ha sido cubierto con dicho material, además de utilizar un diseño y códigos que la hacen altamente resistente al fuego o retardadora de fuego, como dice el experto en seguridad contra incendios Daniel Vasilevski en el articulo de Realtor.com: “Si bien ningún edificio es completamente inmune al fuego en condiciones extremas, el Getty está diseñado para resistir incendios forestales de una manera que pocas estructuras pueden igualar” ( https://www.realtor.com/news/trends/palisades-fire-california-getty-center-villa-artwork-at-museum/ ). La Villa Getty junto a su valiosa colección de arte que guarda en su interior, han pasado la  prueba, valga la redundancia, de fuego, habiendo sobrevivido al más feroz incendio en la historia de California. 

Las residencias destruidas, tanto en Pacific Palisades como en Malibu, son propiedades millonarias cuyos dueños tal vez podrían estar en condiciones de cambiar la fisonomía y la estructura de un nuevo Los Ángeles, que es la ciudad más importante de la quinta economía del mundo: California.

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