Los generales de las piedras

Por Indira Carpio Olivo

¿Qué es lo que sucede con las niñas y los niños, hijas e hijos del siglo XXI? ¿Son productos de nuestro genoma cultural, minado por los medios de comunicación? ¿Son una versión infantil de las frustraciones maternas y paternas?

Quizá, sea que antes todo fue mejor, incluso los padres y las madres, ambos representados por la pantalla.

Pero ¿Eso es así? Niñas y niños de ayer, hoy padres, madres, abuelas y abuelos fueron víctimas de su sociedad y de su cultura, y son ellos-ellas quienes edifican las relaciones sociales del entramado actual.

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Las chicas y los chicos post-modernos viven en una máquina, llamada DS, play, celular, o en un largo etcétera. Cada que lo pienso, no dejo de alucinar con el episodio aquel del objeto que suple el cerebro humano.

Los padres de ahora no motivan a sus semillas con idas al parque, sino más gigabytes. Los chamos que no saben leer, ni escribir, si manejan una computadora y juegan como autómatas Counter strike, Tibia, u otros juegos de guerra en los que perfeccionan conocimientos sobre la tipología armamentística, convirtiéndose en un-una gamer, en una bala fría.

El niño de hoy en día, una canción de Los pa’ matala resume de mejor manera a aquel o aquella que “no maneja bicicleta, pero está en Internet manejando escopeta”.

Y como si no fuera suficiente, no sólo les afecta el mal uso de la PC, también es otra caja boba la que los enzombiza, la madre de los demás engendros: la televisión. Sus mentes están manipuladas, creadas y criadas por la cara de vidrio, por “la mala maestra”, nos diría Karl Popper.

Lo mismo el cine como herramienta de alienación. En este punto, ¿puede usted preguntarse cuánto dinero gasta por enajenar a sus hijos?

Las cajas de luz venden violencia (las excepciones sólo confirman la regla) y, aunque no son las únicas responsables de producirla y reproducirla, se constituyen en la vitrina de esa descomposición, de los excesos.

Y como a falta de padres, buena es la tele…

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El niño guerrero (porque antes era masculina la guerra) durante la era medieval representó un símbolo divino en la batalla, para algunas culturas del mundo.

Así, la vieja y “sabia” Europa empleó a niños como escuderos, bateristas, soldados e incluso los vendió como esclavos para convertir a los musulmanes en cristianos. Ésta es la historia alemana, que en el año 1.284 -muy posiblemente-, origina el cuento del Flautista de Hamelin, por ejemplo.

Puede usted pensar que el barbarismo se re-monta al pretérito. Pero no. Actualmente más de 86 países reclutan y usan manos infantiles para empuñar la guerra.

Según la Organización de Naciones Unidas, hasta 2009 habían 250 mil niñas y niños soldados y, según Amnistía Internacional, más de 300 mil.

Actualmente, 40% de los menores usados con fines bélicos son niñas. “Ellas además de disparar y matar, han de servir como esclavas sexuales” (1). Tal es el caso en México, en el que las mujeres de corta edad son secuestradas y adiestradas en la cruzada del narcotráfico, para luego ser tiradas en la calle sobre un charco de sangre.

Como parte de la memoria aporreada de este mundo (en el que es posible obtener la ilusión de la imagen de casi todo) nos queda impresa la estampa de unos kamikazes encapuchados, enfrentados a los tanques de David con una resortera, con piedras.

Las armas en las manos de los chamos se han diversificado y cuando menos perfeccionado, de igual manera su conocimiento del arte de la guerra. Su nuevo Dios se llama Ares y habita el Wii U.

Pero las nuevas armas no son necesariamente tangibles. Los medios de comunicación se han convertido en el vehículo para expresar y perfeccionar los tiros en las manos de la “inocencia”.

La balística arroja un sólo resultado: una sociedad hipócrita.

Mientras hombres y mujeres izan la bandera de los derechos de las niñas y los niños, sus hijas e hijos practican en su tiempo libre: tiro, paint ball, o la caza con pistolas de sus amigos, cuando no están en modo baba por los videojuegos publicitados en el vientre de su nodriza, la tele.

Padres, madres, maestras, maestros: métanse por el culo la paz y el amor.

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Hoy, Venezuela entera se escandaliza (y se lleva las manos a la boca, casi como un acto-reflejo) por las imágenes de niñas y niños del Colectivo “La Piedrita”, armados con rifles de plástico y con la constitución bolivariana, objetos con los cuales representaban una obra de teatro. (2)

Después de derramar este vaso de agua, los medios tiraron la piedra y enseguida escondieron la mano. El daño ocasionado por la derecha dispone —como siempre a su antojo— de las políticas comunicacionales del gobierno.

La mayoría de los crédulos pensaron que los niños y las niñas que portaron los juguetes de combate eran francotiradores, formados por el presidente Hugo Chávez para resguardar Miraflores de los tanques anfibios de los Marines.

Y, ¿cómo se hace para explicar lo contrario, con la misma intensidad con la que arremetieron los medios empresariales de comunicación y los del propio Estado, a quien se creyó el primer DERECHAZO?

A través de los medios, todavía se hacen rodar las imágenes, guardadas con recelo desde octubre del año 2011 por sectores de la oposición empresarial y mediática, para reventar la piñata en el año electoral.

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CÑN, el ministerio de in-comunicación de Estados Unidos para América Latina consultó con los más variados especialistas en y sobre el tema, e hicieron de la situación una piedra más en la montaña de “argumentos en contra” de la nación bolivariana y su gobierno.

Lo que NO nos cuenta CÑN es que Israel, Estado aliado en oriente medio de su amo el imperio usamericano, arma y enseña a sus niños el odio racial contra sus vecinos palestinos, por ejemplo.

Tampoco reseñan cómo los ejércitos invasores del mundo matan a las semillas de los futuros guerrilleros. No lo hacen y no lo harán. (3)

Los ejércitos de USA, Colombia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia tienen enrolados en sus filas a menores de 18 años, sin contravenir las leyes internacionales.

Ahora, ¿Pueden las resorteras de una Intifada aniquilar el armamento de guerra del ejército invasor? En 1997, para el embajador de Israel en Naciones Unidas, Yahuda Lancry, los niños palestinos de las intifadas, “los generales de las piedras” como les llamó Arafat, son usados como carne de cañón para alimentar la campaña internacional contra Israel.

Nos reveló el diplomático que la legislación internacional “en vigor establece la edad de 15 años como mínima para que un niño participe en hostilidades, ya sea directamente entablando combate, o indirectamente a través de infinidad de variados medios” (4) y ni siquiera se excusa, objeta, o se lanza contra la norma.

Para el sionista, el problema es mediático. Y es así.

Porque los millones de niños muertos en las trágicas aventuras bélicas de la humanidad son transparentes a los intereses económicos, representados por los caballos del apocalipsis mediático, a menos que sean usados en contra de sus propios bienes.

¿Le ha echado un ojo usted, a los dibujos de las niñas y los niños de la asediada y ocupada Palestina? (5) Mírelos e imagine cómo serán las hojas coloreadas en Afganistán, Libia, Irak, Saharaui, Colombia, Corea del Norte y del Sur, para los niños y las niñas de África entera. Deben parecerse.

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En la película Voces inocentes, una producción mexicana dirigida por Luis Mandoki, se relata cómo sufren las niñas y los niños la guerra, en este caso la salvadoreña de los años 80 en la que los ejércitos de USA formaron a los verdes del gobierno en contra de los movimientos de liberación nacional y para ello recurrían a niños de 12 años.

A Chava, el niño que representó la vida del escritor salvadoreño Óscar Torres en el filme, le restaban los años por temor a hacerse el hombre de la casa y de la guerra.

Se calculan entre 14 y 11 mil niños colombianos reclutados y armados. Según la norma internacional es un crimen que sean guerrilleros. Sin embargo, es perfectamente lícito si los menores son mercenarios del gobierno. (6)

¿Cuántas guerras explotan al mundo?

¿Acaso la amenaza de una posible hecatombe nuclear ideada y diseñada por los “adultos” en Estados Unidos en contradicción con Irán y sus aliados, léase todo aquel país que no sea cipayo de sus interés, no representa un escenario real para la extinción de la humanidad?

No se equivoque. Si no ocurre aquello, siempre contamos con las provocaciones del imperio de los imperios: Gran Bretaña y su sed de suelo argentino.

Entonces, ¿Cómo exigimos a nuestros descendientes lo que no damos? ¿Cómo se puede borrar la esperanza de los ojos recién nacidos?

¿Cómo pueden convivir el asombro y la causa del pasmo, en las caras de vidrio de la humanidad, sin astillarse? ¿Cómo puede los telespectadores “vivir” mientras las niñas y los niños “mueren” en sus narices y ellos mastican las cotufas?

Ante la guerra total que le llaman, los generales de las piedras de allá y los del plástico de acá, son imágenes meramente románticas. Ellas y ellos se resisten a esa muerte en el sofá-trono y arrojan el control remoto contra su enemigo: la in-humanidad.

Para ampliar informaciones:

1) Día internacional de los niños y niñas soldado: 300.000 siguen luchando:

http://www.20minutos.es/noticia/449922/0/internacional/ninos/soldado/

2) Para reseña post-traumática: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/sucesos/la-piedrita–ninos-armados-estaban-en-una-obra-de-.aspx La piedrita en el zapato:

http://misionboves.blogspot.com/2012/02/la-piedrita-en-el-zapato.html

3) Sionistas enseñan a niños judíos el uso de las armas: http://snippits-and-slappits.blogspot.com/2011/03/children-soldiers-of-generation-gun.html

Niños Palestinos muertos en Gaza:

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/spl/pop_ups/08/Internacional_enl_1231338503/html/1.stm

4) En http://www.embajada-israel.es/site/es/politica_ola7_3

5) En: http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=34626

La palabra del año 2011, según diversos organismos internacionales es “ocupar”, debido a los diferentes movimientos occupy en el imperio, que se reúnen y manifiestan en contra del sistema en crisis que se derrumbó sobre su propio pueblo. Después de observar cómo se comporta la Industria Cultural en manos de los poderosos, no me extrañaría que la usen los ejércitos invasores para promover su ocupación.

6) Según el Protocolo Facultativo sobre uso de niños soldados de 2002, anexo de la Convención de los Derechos del Niño de 1989, las niñas y los niños menores de 18 no puede ser reclutados ni voluntariamente, ni de forma forzada por una fuerza irregular. Lo terriblemente expresado en la norma es que un ejército gubernamental sí puede enrolar a ciudadanos mayores de quince años.

Indira Carpio Olivo escribe desde Caracas, Venezuela.

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