Lucrecia Baracat dice adiós a la OEA

Estimados colegas, compañeros y amigos:


Luego de 45 años de trabajo ininterrumpido en la OEA, ha llegado a mi vida la hora de cerrar un ciclo para iniciar otro.


Como dice el novelista Paulo Coelho, “siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando”.


Este es, pues, un momento de “clausura”. El próximo 31 de diciembre culminará la etapa de mi paso por la OEA y me acogeré a los beneficios de la jubilación. Sepan que me retiro con sentimientos encontrados, lo cual es lógico, ya que al fin de cuentas toda “clausura” implica un desprendimiento permanente: en este sentido, desprenderme de esta querida Organización, de mis compañeros del Departamento de Prensa, y de la gente linda que trabaja en esta noble institución.


A todos ustedes me dirijo entonces para acercarles una palabra de emocionado agradecimiento. Una gratitud que deseo expresar, en primer término, a la Organización, que me dio esta enorme oportunidad profesional.


A lo largo de estos años en la OEA, he tenido el privilegio, el altísimo honor, de servir, de la forma que mejor pude y supe hacer, a la difusión de las actividades de la Secretaría General, de las Misiones Permanentes y de los países observadores, mediante una labor de enlace institucional con los medios internacionales de prensa.


Las enseñanzas recibidas, muchas veces a través de largas jornadas de trabajo, no han hecho más que enriquecer mi carrera profesional y ayudarme a comprender cada vez con mayor amplitud la diversidad de nuestros países, al mismo tiempo que la unión de ellos en torno a los mismos principios, a casi idénticas aspiraciones.


Me voy, queridos amigos, con la satisfacción del deber cumplido; de haber dado lo mejor de mí para el adecuado conocimiento y visibilidad del Sistema Interamericano; consciente en todo momento de que, en mi actuar, los demás juzgarían no solamente la calidad de mi conducta, sino también la trascendencia de los valores encarnados por nuestra Organización.


Pero este es también un momento de “apertura”, porque como dice Coelho en el mismo texto que les citaba anteriormente, “la vida está para adelante, nunca para atrás”. Así que iniciaré esta nueva etapa de mi vida con un espíritu renovado, feliz por las nuevas expectativas personales que se abren de cara al futuro. Y qué gran satisfacción es para mí comenzar ahora este nuevo recorrido con la consciencia de quien sabe que hizo lo que debía… y que si así fue, se debió en gran medida a la colaboración y a la amistad todos ustedes.


Cordialmente,


Lucrecia Baracat

Departamento de Prensa

Organización de los Estados Americanos

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