Teresa Gurza.
Me encanta vivir en Morelos porque su gente es amable, tiene historia, está cerca del DF, es verde y floreado, hay agua y muchos pueblos donde pasear.
Uno de ellos es Yecapixtla con su imponente convento de San Juan Bautista, que data del siglo XVI y es parte de la Ruta de los Conventos que ganó en Madrid, el primer premio en Turismo Cultural.
El cronista Antonio Méndez Ramírez y la encargada de turismo del municipio Norma Elena Monge, nos hacen una interesantísima visita guiada; en la que Méndez mostró conocimientos que dijo están basados en pláticas con sus abuelos y bisabuelos.
Yecapixtla es un nombre nahuatl que significa “tierra estrecha del buen vivir”; y Beltrán Díaz del Castillo la describió en sus Cartas de Relación, como “un puro llano rodeado de grandes barrancos”.
Sus primeros habitantes fueron indígenas tlahuicas; y en su paso a otras tierras, lo poblaron olmecas y chichimecas, que dejaron pinturas rupestres.
Antes de los españoles, el pueblo estaba dedicado a entrenar guerreros y formar comerciantes; de ahí, que sus fiestas principales hayan sido la de Huichilopochtli y la del Señor del Comercio, que persiste y se celebra el último miércoles de octubre.
A partir de que en 1442 la conquistó Moctezuma, debió tributar a México-Tenochtitlan; pero recibió beneficios, porque el emperador bajó los hielos del vecino Popocatépetl para dar agua a la población.
El 15 de marzo de 1521, los españoles cruzaron las barrancas que le servían de fortaleza y protagonizaron tan feroces batallas, que durante 10 días no se pudo beber agua sin sangre; al verse derrotados, cientos de indígenas se echaron al precipicio.
Sesenta años después Yecapixtla fue entregada a Hernán Cortés por el rey de España, como parte del Marquesado del Valle de Oaxaca.
El convento empezó a construirse en 1534, bajo la dirección de frailes agustinos y sobre las ruinas del centro de formación de guerreros; y al tener atrio, templo, y huerto, es prototipo de los conventos del siglo XVI.
Fue hecho con piedra y cal aglutinada con baba de nopal; materiales que emplea ahora el INAH en su remodelación; y es en Morelos, el que tiene más piezas de cantera; entre otras, el púlpito y la balustrada.
Los agustinos se fueron en 1780, y los franciscanos lo terminaron.
En su atrio gótico sobresalen las “capillas posas” y el rosetón, que tiene esculpido el calendario azteca; que podemos ver en los billetes de 200 pesos que traen a Sor Juana Inés de la Cruz, porque su madre era de Yecapixtla.
Es un templo lleno de tallas y símbolos indígenas y religiosos; y en el altar principal había originalmente cuadros de los 12 apóstoles, pero sólo quedó San Judas Tadeo, porque el resto está en la Catedral de Cuernavaca; cuyos obispos se niegan a regresarlos.
En altares laterales hay un “Nazareno padre Jesús” de madera hecho en 1600 con un mecanismo que le permite doblar piernas y brazos; y un San Juan Bautista, que sustituyó al Señor del Comercio.
El piso original era de madera, pero se cambió hace 20 años por uno de mármol; y en la sacristía hay un confesionario del siglo XVI, una maravillosa virgen de la Soledad hecha con flores molidas, lo que le da aspecto de porcelana; y otro Nazareno con goznes.
En el claustro relojes de sol marcan mañanas y atardeceres; en las paredes hay vestigios de pinturas de santos de la orden Agustina y en la enorme huerta cafetos, y mangos.
El convento tiene un archivo parroquial completo del año 1600 a nuestros días; y una colección de fotografías de 1900 a 1930, en las que se ven impactos de cañonazos porque en la Revolución, el convento fue tomado por zapatitas y federales.
Una de las tradiciones de Yecapixtla es el Matacuero;nombre que significa “el que nos persigue” y se daba al soldado español.
La diferencia con el chinelo y matacuero, es que el primero sólo baila; y el segundo habla y despotrica contra el soldado español, como en los versos siguientes:
“…¿porqué, si vivíamos en paz vienes a molestarnos?, ¿quién te ha dado derechos de quitarnos vida, mujeres y tierras?…
Actualmente Yecapixtla tiene 45 mil habitantes; desde 1850, la ocupación mayoritaria en la cabecera municipal, ha sido la hechura y venta de cecina, crema y quesos; mientras que las comunidades, siembran maíz, frijol, jitomate, chile morrón y algo de cacahuate.
La alcaldía es panista; anteriormente hubo tres administraciones perredistas; “la última fue tan mala, que decidimos darle oportunidad al PAN, pero fue deficiente y volveremos al PRD”, dice la gente.
Y votarán por Graco para gobernador, porque dicen apoyó a estudiantes del municipio para entrar al Politécnico.