Por Ramón Jiménez
La violencia doméstica es más compleja de lo que se piensa, ya que se puede controlar por una lado, pero por el otro todavía existen limitaciones que vulneran el trabajo que hacen los profesionales para evitarlo, opinan expertos en el tema.
“Hemos avanzado en la parte legal pero no en el campo psicológico y afectivo”, señaló Dilcia Molina, coordinadora de “Entre Amigas”, un programa de salud integral para mujeres que funciona en La Clínica del Pueblo de Washington, D.C.
Explicó Molina que muchas mujeres tras ser brutalmente golpeadas o violadas por sus parejas o por alguien particular, no se presentan ante las autoridades a denunciarlos “por temor a ser deportadas o porque todavía sienten amor”, y si lo hacen, retiran la denuncia cuando el caso ya se encuentra en los tribunales listo para que el juez dicte la sentencia.
Lo que desconocen las víctimas es que pueden ser candidatas potenciales para obtener una Visa “U” que las protege no solamentre a ellas sino también a sus hijos, sin importar si viven en sus países de origen.
Es el caso de la joven Elsa Zeceña, quien en marzo de 2011 fue golpeada tan brutalmente por su pareja, que todos sus amigos y vecinos de las calles 14 y Randolph al noroeste de Washington, D.C, creyeron que estaba muerta.
Afortunadamente, Zeceña vivió no solamente para contarlo sino también para denunciar a su victimario. Su caso fue manejado a través del proyecto «Mil Mujeres”, que dirige el abogado Mark Haufrect, experto en casos de violencia doméstica y sexual en mujeres y niñas.
El proceso para obtener la Visa “U” le tomó a Zeceña alrededor de ocho meses. Este 8 de marzo, cuando en el Consulado de El Salvador en Washington se celebraba el Día Internacional de la Mujer, Zeceña recibió la “Buena nueva” por parte de Haufrect, que ella puede traer a sus tres hijos desde El Salvador —el mayor de 12 años—, que ahora están amparados por esa visa especial.
Explicó Haufrect que la Visa «U» fue diseñada para proporcionar un estado migratorio a las víctimas de ciertos crímenes, incluyendo violencia doméstica, asalto sexual, y robos armados, quienes ayudaron, están ayudando o están dispuestos a ayudar a las autoridades en la investigación de dichos delitos.
Junto a Haufrect trabaja un conjunto de profesionales especializados en migración que asesoran y realizan gestiones para mujeres hispanas de bajos ingresos que han sufrido violencia domestica cuyos casos pueden clasificar para obtener visas “U” para ellas y sus familias.
A través del programa “Mil Mujeres” se han brindado charlas y orientaciones para alre- dedor de 300 mujeres en el Consulado de El Salvador.
De un total de 12 casos que el programa Mil Mujeres ha enviado a las autoridades de Inmigración de Estados Unidos para solicitar la Visa “U”, ya fueron aprobados 4 casos, incluyendo el de Zeceña quien recibió la aprobación hace dos semanas.
No hay costos por este trámite por parte de las victimas y el tiempo estimado para conocer los resultados —si es aprobado o no— es de un máximo de ocho mes.
“El Gobierno de Estados Unidos a través de Migración está tomando más en serio las denuncias de este tipo de casos; pero las víctimas tienen que denunciarlo a la policía para que el caso tenga mas peso y sea aceptado para seguir el proceso”, recomendó Haufrect.
Los epresentantes consulares de México, Aníbal Gómez; Perú, César Jordán; y Bolivia, Ramiro Cusicanqui, quienes asistieron a las celebraciones del Día Internacional de la Mujer en la sede consular salvadoreña, mostraron algún interés sobre la existencia de programas que ayudan a las víctimas de la violencia domestica, y ya están planeando realizar reunions informativas con la comunidad en sus respectivas sedes consulares en la capital estadounidense.