Por Maribel Hastings
WASHINGTON – A los conservadores republicanos les gusta Marco Rubio como candidato vicepresidencial en la mancuerna republicana de noviembre, o al menos eso concluyó el voto extraoficial de la Conferencia del Comité Conservador de Acción Política (CPAC) este pasado fin de semana. Mientras continúan las especulaciones sobre Rubio como compañero de fórmula del próximo aspirante presidencial republicano, la pregunta es si Rubio apelaría a los votantes latinos fuera de Florida, o si puede mejorar la imagen de antiinmigrante que tiene el Partido Republicano entre algunos sectores de la comunidad hispana y de los votantes latinos.
Una imagen que llevan tiempo cultivando y que comenzaron a solidificar desde las elecciones de 2008 cuando el candidato presidencial republicano, John McCain, buscando el apoyo de la base ultraconservadora en el proceso primarista, le hizo el feo a su propio proyecto de reforma migratoria, comenzó a hablar de muros y seguridad fronteriza primero, y en la elección general espantó a los votantes latinos que pudieron hacerlo más competitivo ante un candidato demócrata, Barack Obama, que no tenía el récord del republicano McCain en defensa de la reforma migratoria integral.
A veces se habla en abstracto de cómo los votantes latinos se han alejado del Partido Republicano al permitir que sus voces más divisivas y feas dominen la conversación migratoria.
Pero a veces uno se topa con hispanos que explican de primera mano por qué abandonaron las filas republicanas.
En Colorado, durante las asambleas populares republicanas que finalmente favorecieron a Rick Santorum sobre Mitt Romney, entrevistamos a Olivia Mendoza, directora ejecutiva del Colorado Latino Leadership Advocacy and Research Organization (CLLARO), quien nos contó cómo ella y su familia se legalizaron con la amnistía que promulgó el presidente republicano Ronald Reagan en 1986 y cómo la familia permaneció fiel al Partido Republicano, pero que todo cambió en el 2008 “cuando viendo Univisión sale John McCain hablando contra la reforma migratoria cambiando totalmente su postura”.
Doña Hortensia, la mamá de Olivia, nos explicó por qué en el 2008 ella, su esposo y su cuñado cambiaron de partido, de republicanos a demócratas.
Hortensia narró que sentían un profundo agradecimiento hacia Ronald Reagan por haber promulgado la amnistía de 1986. Tan pronto se hicieron ciudadanos y se registraron para votar, lo hicieron por candidatos republicanos, historia bastante común entre muchos legalizados con la amnistía de 1986.
“Después empezamos a prestar más atención”, contó Hortensia.
En el 2008, en la contienda Obama-McCain, a los Mendoza no les gustó que McCain cambiara su postura en inmigración, así que abandonaron el Partido Republicano, se registraron demócratas, y votaron por Obama.
“En esa elección mi esposo me decía todo el tiempo ‘marca nomás la D’ (de demócrata). Sé que (Obama) no puede ayudar a toda la gente como él quisiera porque somos millones, pero estoy pensando que sí, que me iré por el demócrata otra vez”, dijo doña Hortensia sobre la reelección de Obama, aunque no haya concretado su promesa de promulgar una reforma migratoria en su primer mandato.
Doña Hortensia sigue en los medios de comunicación en español lo que dicen los republicanos sobre inmigración. Y lo que ve, escucha o lee Doña Hortensia sobre los republicanos lo resumió así: “Hay mucha discriminación contra nosotros”.
“He estado escuchando todo lo que pasan en español. He oído por la televisión las cosas que dicen. Lo veo, lo oigo y pienso que está mal”, indicó.
En este ciclo electoral lo que han visto, escuchado o leído los votantes latinos es a un Mitt Romney promoviendo autodeportaciones y prometiendo vetar el DREAM Act, la medida que otorgaría una vía de legalización a jóvenes indocumentados; o que uno de los asesores sin paga de Romney es Kris Kobach, el secretario de Estado de Kansas, cerebro tras las leyes antiinmigrantes más severas del país en Arizona, Alabama y Carolina del Sur; o a Newt Gingrich, el expresidente de la Cámara Baja que primero instó a su partido a tratar el tema migratorio con más “humanidad”, tratar de bromear ante el CPAC diciendo que los indocumentados pueden ser localizados de la misma forma en que Fedex o UPS localizan sus paquetes en tránsito.
En Florida, ante la Red Hispana de Liderazgo, y hablando de inmigración, Rubio trató de ofrecer un rostro republicano más conciliador y amable a la audiencia hispana que tratarán de cortejar, sea o no el compañero de fórmula republicano en noviembre. Pero con la fama que se han creado, los republicanos necesitarán muchos Rubio para reconquistar a todas las doñas Hortensia que han abandonado a los republicanos y para conquistar nuevos seguidores. En esa ocasión, la agrupación Presente.org recibió a Rubio con el mensaje “Marco no Somos Rubios”. Yo le agregaría que los votantes latinos no son ciegos, sordos o desmemoriados, y eso, por cierto, va para los dos partidos.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice