Hoy domingo en el programa “Face the Nation”, Mitt Romney, se negó en varias oportunidades a decir si revocaría o sostendría la nueva orden de inmigración del presidente que ordena que los niños que están aquí por causas ajenas a su voluntad no sean deportados por la falta de acción del Congreso.
Además de mostrar una falta total de valentía política y liderazgo, sus comentarios son un recordatorio de las elecciones primarias cuando también mostró una debilidad significante, aliándose a la derecha mas extremista del partido republicano para obtener sus votos.
Romney llamó a la ley DREAM una limosna, prometió vetarla y también respaldo políticas anti-inmigrantes extremas como la auto-deportación y las leyes de inmigración de Arizona.
Si no puede enfrentar la ala extrema de su partido con convicción, ¿cómo puede alguien —especialmente los hispanos— confiar en él para hacer lo correcto para el país?
