El senador republicano Marco Rubio dijo en una audiencia el jueves en el Congreso que los líderes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Ecuador, países que visitó en enero el presidente iraní Mahmoud Ahmadinehad, “están jugando con fuego» al permitir que los iraníes operen en su territorio.
El senador demócrata Robert Menéndez, presidente del subcomité sobre Asuntos Hemisféricos, sostuvo por su parte que hay unidad en el Congreso para apoyar las sanciones del gobierno de Barack Obama contra Irán para que abandone sus planes nucleares
“Irán está tratando de crear una huella en el hemisferio”, con el apoyo de algunos países y que por eso hay que estar “vigilantes” para evitar su influencia en la región, advirtió.
A principios de febrero, el director nacional de los servicios de inteligencia (DNI) estadounidenses, James Clapper, indicó que Irán está “más dispuesto” a lanzar un atentado contra Estados Unidos.
El ex subsecretario de Estado para América Latina, Roger Noriega, sostuvo durante la audiencia que las declaraciones del director de inteligencia Clapper significan una «ruptura significativa» con los escépticos sobre las implicaciones de presencia iraní en la región.
Douglas Farah, del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), advirtió que la amenaza de Irán en la región no solo incluye actividades tradicionales del crimen organizado transnacional como el tráfico de drogas y de personas, sino también potencialmente de armas de destrucción masiva.
La directora del Programa Latinoamericano del Centro Woodrow Wilson, Cynthia Arnson, pidió tomar con “suma seriedad” las acusaciones contra Irán, pero pidió evitar una politización del debate en este año de elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Arnson pidió que Estados Unidos también preste atención a asuntos urgentes de seguridad como los miles de muertos en México y Centroamérica por la violencia relacionada con el narcotráfico, la desigualdad y la pobreza, así como la agenda comercial.
En otra audiencia sobre Irán realizada este mes, la presidenta de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, denuncio que “el régimen iraní ha formado alianzas» con Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador.
En las audiencias celebradas este mes, los participantes advirtieron sobre el presunto plan iraní descubierto el año pasado para asesinar al embajador saudita en Washington y un informe de la cadena Univisión sobre presuntos planes de ataques cibernéticos contra Estados Unidos por parte de Irán con el apoyo de Venezuela y Cuba.
Una luz al final del túnel se observó tras la reunión este viernes entre la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y la jefa de política exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, quienes expresaron su optimismo por una carta de Irán que mostraba su voluntad de reanudar las conversaciones sobre su programa nuclear.
“Este es un paso importante, y damos la bienvenida a la carta” que envió esta semana a Ashton el jefe
negociador iraní Said Jalili, dijo Clinton, quien afirmó que Irán tiene que mostrar «un esfuerzo sostenido» para cumplir con sus obligaciones internacionales.
Estados Unidos y la Unión Europea buscan que las negociaciones se realicen en el marco del Grupo 5+1 que integran los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania.
Ashton dijo por su parte que en la carta de Jalili no hay precondiciones para las conversiones y enfatizó en opciones para que Irán permita el ingreso de inspectores y proponga sus propias ideas para que el proceso sea «genuino y abierto”.
El jefe negociador iraní ha mostrado su disposición de volver a las negociaciones lo más pronto que se pueda siempre y cuando se respete su derecho a una energía nuclear con fines civiles y pacíficos.
Estados Unidos y sus aliados europeos han impuesto sanciones contra las exportaciones petroleras iraníes para presionar a sus autoridades a conversaciones sobre su programa nuclear, para evitar que se use con
fines militares.