Por Carlos Alberto Parodíz Márquez
Hacer el inventario de la realidad es muy fuerte. Seguro que hay quienes consideran que nada hay que considerar. Valor en desuso, descarte espiritual que daña, corroe y gasta. Pensé con aire lúgubre, mirándome al espejo, el de cristal y el mío propio que no me miente por más que me empeño.
Me propuse estar levantado, esa mañana, de mayo del 2012, para ganarle al vasco cuando decidiera llamarme. Había deslizado algo respecto a ciertas cuestiones un tanto imprecisas. Pero nuestra vida es así, una suma de borrones. Manchas de tinta, finalmente. Lo que si recordé es que vendría a Korn, acompañado de “la alemana”, eso ya ganaba el día, y derrotaba impaciencias.
Salí al césped interlocutor de la casa, que me aleja convenientemente de la calle para ver al trío perruno que no tiene paz. Tanto Enriqueta, como Olivia y Román, jugaban a la pelota, disputándose alegremente lo que queda de ella. Por supuesto salí armado del celular en el bolsillo del chaleco, porque el día era una penumbra lamentable. Los grises estaban de fiesta y aquellos más sombríos parecían transportar opresiones que mejor no investigar.
El piso de piedras, bajo el barro deslizante, engañaba como el más taimado. Firme pero resbaladizo, sería una buena explicación luego de caerte, por supuesto. La calle donde se asienta, pasa frente a mi casa, y los perros de la misma, ya habían destrozado, cuanta bolsa de residuos con alimentos perdidos, podrían ser encontrados con este método contundente. Pero el hambre acecha y lo primero que hace la gente es abrir la puerta para que salgan sus mascotas, a rebuscarselas como puedan. Olvidan que la puerta abierta permite entradas non sanctas, que cobran caro su paso.
El camión municipal que recoge la basura tiene horarios erráticos. Siempre, cuando pasan, están apurados. Parecen temer llegar tarde a algún lado. Puede ser, pero como uno no sabe adonde van, se queda pensando. Que la basura siempre llega antes, eso es lo cierto y es posible que nunca la alcancen. Casi como la vida.
El celular me estalló en el bolsillo del chaleco y también la expectativa, ¿Cómo estaría la alemana? después de tanto tiempo. La seguridad algún día va a jugarme una mala pasada. Creer que Yon era el que llamaba, con la seguridad de un killer, me descolocaba, pero era así, estaba seguro que era él y se lo dije:
¿Por donde estás vasco?, en el mes de la patria, no te podés perder, me imagino. No le gustó aunque supo guardar las formas, no venía sólo.
Estoy en la entrada del pueblo, y como siempre, san Vicente va para la derecha ¿será así?, mas que una pregunta me sonó como una declaración.
Si no olvides que acá estamos a la izquierda, retruqué en tono zumbón. A veces seguirle la corriente al vasco, me oxigena. Acordate del refugio y la escuela, para no confundirte le sumé aunque no estaba seguro si tenía conectado el altavoz para hablar sin manos. Me imaginé que no, porque en ciertas cosas el vasco suele ser cuidadoso.
Quedate tranquilo, en cinco minutos estoy allí, fue su respuesta. Repasé mentalmente mi presencia, conviniendo conmigo que estaba presentable. Hacía rato que no prestaba atención a mi atuendo. Me hizo sospechar malamente el rumbo de estas ideas..
Finalmente el Alfa pobló de gris el centro del camino ripiado, cabeceó gentilmente un par de veces, para depositarse sobre el puente de madera que ya empieza a escribir su historia. Historia de encuentros casi furtivos, donde dejaban confusas señales de sus verdades, pasajeros que le contaban al vasco. Este asentía, siempre en silencio, razón por la cual estos eventuales interlocutores, nunca sabían, bien, que opinaba por los menos, sobre esas verdades un tanto difusas que le solían comentar
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Decidimos, a decir verdad decidió él, quedarnos a comer en mi casa de Alejandro korn, que está muy lejos de parecer hospitalaria, pero es así de obcecado. Mucha atención no le presté. Estaba ocupado en repasar a la figura femenina, algo que me interesaba más, por obvias razones, todas menos la naturaleza de la información que, según Yon, debía interesarme. Pero a decir verdad no me desvelaba, ella sí, por supuesto.
El vasco, maestro en interrupciones a la concentración absoluta, me trasladó sin escalas al porqué de ese almuerzo que, a partir de ahí, sería casi absurdo. Tenía tres copas rojas de cristal, sobrevivientes de giras y mudanzas, disponibles para lo que se venía, porque a la alemana, él disfrutaba con sorprenderla, yo lo sabía y además, imaginaba una cadena de pequeñas emociones, encapsuladas para soltarlas como gotas de rocío. Yon, no tenía interés en nuestro interés, cuando anunció.
– La posibilidad es digna de la fiesta, una bienvenida a tiempo, después todo puede cambiar, es la posibilidad – fue su enigmática presentación, pero le gusta y no se lo guarda; a veces también la desliza, como la brisa de una tarde en la cañada, cuando se escucha respirar a los zorzales. Pero la digresión debe interrumpirse, – vamos a acompañar el almuerzo con una pequeña atención de “los someliers de vinos de autor. La propuesta blanca de esta bodega de alta gama es otra especialidad en Pinot Noir patagónico; es para vos, le dijo a ella, si optas por eludir el Malbec “Nosotros “, cosecha 2008, Dominio del Plata – Mendoza y les aseguro –dijo casi emocionado-. Que bien vale morar y morir en este intento, por supuesto servirá para deslizar el menú, “puro corazón italiano” aunque nos falten las máquinas de escribir, de donde viene el alimento – agregó el vasco, casi en el límite de la euforia.
-Queso parmesano, y jamón crudo hecho especialmente, tomates secos en aceite, para empezar, luego una comida, hay que elegir el grande antipasti trattoria, que incluye fritto del giorno (verduras fritas), bruschetas con pasta de aceitunas, paté casero, caponata siciliana y verduras grilladas. Las ensaladas rúcula orgánica, dry tomatitos, portobellos frescos, queso feta y tostadas de papa al pomodoro, Como primi piatti risotto zaferrano, Como secondi piatti, lomo envuelto en guanciale, crosta de parmesano y verduras asadas, Para el final, mini tarta de polenta y manzanas con helado casero de crema y canela -, selló la perorata que ante cada anuncio me hacía retroceder en mi sillón hamaca.
– ¿Y cual es el motivo de esta celebración que decís nuestra? – interrogué sin el menor rastro de curiosidad, pero atento, porque ella miraba sin perder detalle.
Me entregó un sobre engomado, como siempre colorido con las banderitas azules, rojas y blancas, pero acompañando una advertencia, – léelo después, ella te lo va a resumir, porque tal vez te interese, aunque no lo difundas, una oportunidad a la paz siempre vale, ¿no te parece?, nos dio la espalda, en realidad a mí, para abocarse a los preparativos del menú, mientras él ordenaba la mesa y las sillas, que era cierto, lo necesitaban.
La alemana, dulce contradicción, empezó explicando la razón de las euforias de Yon:
– Las conversaciones entre el ‘sexteto’ e Irán no tuvieron resultados -, tituló, con una dicción que en su voz ligeramente ronca, me sonó a manantial serrano.
Las potencias mundiales implicadas en el arreglo del problema nuclear iraní, conformado por cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y Alemania empiezan a celebrarse mensualmente.
La próxima ronda de conversaciones entre mediadores internacionales e Irán será a mediados de junio en Moscú. Los encuentros en Estambul en abril y Bagdad en el reciente mayo terminaron sin éxito.
Pero las causas radican en cambios de situación política en la República Islámica de Irán, que se produjeron a fin de marzo. Irán celebró la primera etapa de elecciones generales para la novena legislatura de su Parlamento (Majlis). Pese a que la oposición quería boicotearlas, la asistencia fue del 64%, una de las más altas en la historia de la celebración de comicios parlamentarios en la república. Una muestra de confianza del país -, siguió su relato.
Los conservadores, partidarios del líder religioso de Irán, ayatolá Ali Jamenei, ganaron las elecciones al lograr más del 60% de los votos.
Los neoconservadores que apoyan al presidente Mahmud Ahmadineyad, lograron un 4% de escaños en el nuevo parlamento. Durante la segunda etapa de las elecciones celebrada a principios de mayo, Ahmadineyad aumentó al 6%.
Aunque los neoconservadores pueden lograr el apoyo de candidatos independientes -(30% )- de escaños en el parlamento, esto no cambiará la situación.
Por esto, el nuevo parlamento bloqueará los intentos del presidente Ahmadineyad de ampliar los poderes del Ejecutivo y hará lo posible para establecer control sobre la actividad del Gobierno.
De hecho, esto pone fin a la dualidad de poderes en el país. Ahora las riendas las tiene el líder religioso de Irán.
La victoria en las elecciones parlamentarias permitió al ayatolá Ali Jamenei tomar la iniciativa en el arreglo de la crisis nuclear iraní. Durante las conversaciones con los mediadores internacionales en Estambul, Teherán consintió limitar el proceso del enriquecimiento de isótopo del uranio U-235 enriquecido en un 3,5 % hasta el nivel del 20%.
Esta propuesta fue hecha por primera vez en los últimos años después de que Ali Jamenei reforzara su poder en Irán y se consiguieran éxitos en la realización del programa nuclear iraní. Uno de ellos la puesta en marcha de la planta de Fordo para enriquecer uranio. Su ubicación dentro de la roca la hace invulnerable ante las armas convencionales. Además, las reservas de uranio enriquecido hasta el 20% son suficientes para suministrar combustible nuclear al reactor de investigación de Teherán.
Finalmente, la primera central nuclear iraní- Bushehr-, en el sur del país, alcanzó un 90% de su capacidad proyectada, lo que indica éxito del programa iraní.
Así las cosas, fue necesaria una ronda más de negociaciones que se planea celebrar el próximo 18 y 19 de junio en Moscú. Parecen los protagonistas evitar dramatizar la situación: según Catherine Ashton, Representante de Política Exterior de la UE, quien aspira a ver progresos en las relaciones entre Irán y el ‘sexteto’. Y Teherán parece dispuesto a reducir esfuerzos dirigidos a enriquecer uranio.
Si esto es cierto se habrá parado la escalada militar de la crisis nuclear iraní, lo que abrirá la esperanza de que el problema pueda arreglarse por vía pacífica.
En caso contrario, la probabilidad de una guerra será más alta, y podría trasladar una guerra regional de consecuencias “imprevisibles”, se descansó la alemana.
Me quedé pensando, si se evita la guerra con Irán, el frente deja de ser militar para ser económico y la crisis, mucho más gravosa para los intereses de las potencias en juego, pero el informe según una modosa mueca de la alemana, podría haberle llegado de los rusos, más esperanzados que los occidentales quienes, por supuesto, no quieren pagar esos costos sociales. Un ramalazo de la memoria me trajo el recuerdo de una película, vinculada con las predicciones, “el hombre que vio el futuro” y preferí olvidar. Pero, a decir verdad, el silencio de Yon me obligó a mirar la mesa y la copa que llegaba, como un alivio. Era la roja tentación, pero sin forma de mujer, ese era otro tema, pero sin debate.
Carlos Alberto Parodíz Márquez escribe desde Alejandro Korn, Buenos Aires, Argentina.