Presiona el narcotráfico en la frontera: The Washington Post
Más de 20 mil soldados y policías mexicanos están
involucrados en el combate, en frentes múltiples, contra el narcotráfico,
conflicto que se libra con mayor fiereza en la frontera de México y Estados
Unidos, informó The Washington Post.
El diario estadounidense publicó este domingo que los
carteles mexicanos de la droga ejercen una “tiranía” del narcotráfico
en la frontera con Estados Unidos con sus armas de alto poder, intimidación
salvaje y dinero.
Según el influyente periódico local, los eventos ocurridos
en tres ciudades fronterizas mexicanas, en los últimos tres meses, ilustran el
poder financiero y militar de los carteles y su alcance en una sociedad
sacudida por el miedo.
Dijo que la proximidad de la violencia provocó que la
administración del presidente George W. Bush proponga un paquete anual de 500
millones de dólares para ayudar al gobierno del presidente mexicano Felipe
Calderón a combatir el narcotráfico, que se estima genera unos 23 mil millones
de dólares anuales.
Más de cuatro mil 800 mexicanos, añadió, fueron asesinados
en 2006 y 2007, lo cual duplica la tasa anual de asesinatos en cada uno de esos
años con respecto a la registrada en 2005.
En un amplio reportaje, señaló que policías, periodistas,
políticos, jefes policiales y campesinos han sido asesinados como parte de la
ola violenta que incluye ejecuciones masivas como la de cinco personas,
ocurrida entre el 14 y 15 de enero pasado en Tijuana, Baja California.
El diario destacó que Reynosa, Tamaulipas, es territorio
del Cartel del Golfo, el cual domina esa zona con su ejército privado de Los
Zetas, encabezado por Heriberto Lazcano.
El combate al narcotráfico es eje central del gobierno del
presidente mexicano y por ello ha enviado a más de mil soldados a esa ciudad y
localidades vecinas.
De acuerdo con el periódico capitalino, en Tijuana el
nuevo liderazgo del Cartel de los Arellano Félix rechazó compartir territorio
con el Cartel de Sinaloa y por ello ambos se encuentran en disputa.
Tanto en Tijuana como en Ciudad Juárez y Nuevo Laredo,
precisó, el creciente cartel de Sinaloa está luchando contra rivales por rutas
de trasiego de drogas pero en Reynosa sólo los soldados mexicanos amenazan el
control del Cartel del Golfo.
Para prepararse para la batalla, “los Zetas han
acumulado” en casas de seguridad armas anti-tanques, rifles de asalto y
granadas, incluyendo algún armamento que autoridades mexicanas creen que alguna
vez pertenecieron a las fuerzas armadas estadounidenses.
The Washington Post mencionó como ejemplos que el 7 y 9 de
febrero pasado, el ejército mexicano confiscó grandes arsenales en Reynosa y
Nuevo Laredo, de forma respectiva.
Igual que el creciente número de mexicanos que por miedo
cruza la frontera, dijo, la violencia está pasando hacia Estados Unidos,
“donde un agente de la Patrulla Fronteriza fue muerto recientemente
mientras perseguía a sospechosos de narcotráfico”.
Señaló que con armas de alto poder, intimidación salvaje y
dinero, “los carteles han llegado a controlar partes clave de la frontera,
asegurando rutas para el contrabando del 90 por ciento de cocaína que fluye
hacia Estados Unidos, según el Departamento de Estado”.
Al mismo tiempo, agregó, soldados mexicanos recorren las
calles en vehículos armados, barcos vigilan las costas y helicópteros de ataque
patrullan los cielos.
Según el Post, Víctor Clark, activista de derechos humanos
de Tijuana y experto en el tema, indicó que la situación “se está
deteriorando”, y que ante la “campaña de terror” de los
narcotraficantes está en juego “la seguridad de la nación”.
La evidencia de que los carteles han infiltrado muchas
fuerzas policiales de la frontera ha provocado “acciones drásticas”,
como el desarme de la policía de Reynosa, por parte del ejército durante 19
días el pasado enero.
En diciembre pasado, agregó el diario, también fueron
desarmados los 149 elementos de la policía de Rosarito, en Baja California.
Según estimaciones de Jesús Alberto Capella, nuevo jefe
policial de Tijuana, quien ha recibido amenazas de muerte, 15 por ciento de los
dos mil 300 policías de la ciudad trabajan para carteles de la droga,
obteniendo una cuota mensual por servir como guardaespaldas, secuestradores o
asesinos.
El periódico agregó que sólo en el estado de Baja
California, funcionarios de Justicia estiman que 30 por ciento de la fuerza
policial local y federal está en las nóminas del narcotráfico.
Indicó que de acuerdo con el procurador de Baja
California, Rommel Moreno Manjares, de cada mil policías 700 fallaron pruebas
con detectores de mentiras que se les aplicaron.
Al mismo tiempo, señaló el Post, el reforzamiento de la
frontera tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 han hecho más difícil
el contrabando de drogas hacia Estados Unidos, de modo que los carteles
empezaron a desarrollar un mercado local.
Mencionó como ejemplo que el número de adictos en Tijuana
se disparó de unos 100 mil en 2004
a 200 mil en 2007.
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