El verdadero peligro de los juegos de computadora
En un cuarto silencioso lleno de los trofeos que ha ganado, Lee Young-ho se arremanga la camisa gris en el brazo derecho. Una cicatriz, de más de un centímetro de grosor, va desde un poco más arriba del codo hasta su hombro. "Nuestra compañía pagó todos los gastos médicos, por…