Por Guillermo Henao
De presto me apresto o me levanto, y habré de confesar quién estaría aquí.
¿Su nombre? El amigo común nos lo escribió,
nos lo enseñó con insistencia
el estruendo
de crueles autolisis.
Me tenía de metal entre sus manos
misandaresmisfracasosmismañanas.
Una fórmula química atronante,
la amarga abs-tinencia ob-ligatoria;
el le dijo al vecino
ves y no
ves otros errores,
hazte poner tus armas con tus brazos
porque para empezar jamás es tarde.
Fue entonces cuando la lucha despertó
mis andares
mis fracasos
mis mañanas.
Guillermo Henao escribe desde Medellín, Colombia.