Teresa Gurza.
Ante la flojera de tener que escribir de nuevo sobre los abusos y la insensibilidad política y social de los diputados federales, que se acaban de aumentar en más del 37 por ciento, y en secreto, la “subvención” que reciben para sus gastos.
O de la incongruencia de los legisladores perredistas que pese a no haber informado de esa tajada extra, como el burro hablando de orejas demandaron que el IMSS les diera “mayores explicaciones”, antes de definir su posición frente a la petición de tres mil millones de pesos; indispensables para mejorar en algo el pésimo servicio que recibe la mayor parte de los derechohabientes.
O de los nuevos fiascos del calderonato; que además de heredar presos sin culpas y culpas sin presos, construyó más de 45 mil viviendas inútiles; porque por falta de infraestructura y lejanía de centros laborales, los trabajadores las abandonaron.
O del horror de las explosiones en Boston y de los presuntos responsables chechenos, etnia que en la antigua URSS sufría discriminación y se le achacaba lo mismo que en nuestro mundo a los gallegos, decidí buscar algunas notas que muestren la diversidad de lo que ocurre en este mundo loco en el que vivimos.
Aquí están:
La NASA acaba de informar que con el telescopio Kepler, que es el mejor «cazador de planetas» de que dispone, descubrió dos nuevos planetas el Kepler-62e y el Kepler62f, que orbitan en torno a una estrella enana naranja y en los que podría haber vida.
Uno es parecido a Hawai; su gemelo es más frío y semejante a Alaska.
Hasta ahora, los pocos planetas que los astrónomos habían encontrado eran, además de demasiado grandes solo «esferas de gases”; mientras que éstos son candidatos a planetas habitables, según dijo William Borucki científico en jefe del telescopio.
Ojalá que la vida en esos dos planetitas, no se contamine con nuestros pleitos y conflictos; como ha sucedido con el mar; donde uno de sus más preciosas y listas creaturas, los delfines, están siendo entrenados con objetivos militares.
Se sabe que hay por lo menos, dos centros de adiestramiento de delfines con fines de guerra; uno está en San Diego, Estados Unidos; y el otro en Sebastopol, Rusia.
Ahí, acaban de dar un tremendo chasco a sus cuidadores al salir corriendo tras unas hembras salvajes que pasaron cerca; y no se sabe que hayan vuelto.
Un ex comandante y capitán de navío de la Flota del Mar Negro rusa, Yuri Pliachenko, aseguró que esto ha ocurrido otras veces; y que en 1980, los delfines enamorados regresaron a los ocho días agotados y hambrientos, tal como los perros que se nos pierden por seguir a una perra que les gustó.
Una nota de lo que está sucediendo a una familia de Colorado, EU, me parece triste y extraña; porque un ser de tan pocos años, no debía estar pasando por esas complicaciones.
Los padres advirtieron que desde el año y medio de vida, su hijito tenía notoria preferencia por objetos de niñas; y eso se hizo más evidente cuando aprendió a hablar, porque se negaba a salir a la calle con ropa de niño.
Pediatras y psicólogos confirmaron que Coy era transexual, y recomendaron “dejarla vivir tal como quisiera”; por lo que sus cercanos le ayudaron a comenzar una transformación que no ha estado exenta de polémica; y que se complicó cuando hace un año, a Coy que ya usaba pelo largo y vestidos de niña, le prohibieron usar el baño de niñas del kínder al que asistía.
Sus padres presentaron una queja formal, apoyados por la ley de antidiscriminación que rige en su estado; pero la situación no se ha resuelto.
Más triste aún es lo que pasa en un orfanato de Bunia, (Congo).
Es conocida la pobreza en la que viven millones de personas en Africa; y una foto de Reuters, que publica en su edición del 24 de marzo la revista dominical de El País, la revela con crudeza: tres preciosos bebés miran azorados desde viejas cajas de cartón en las que apenas caben, y en las que antes hubo hornos de microondas o televisores.
Hoy, colocadas en el suelo, son sus cunitas.