
Alan Henning fue capturado en Siria por militantes de Estado Islámico en diciembre de 2013. Foto: Reuters/BBC.
Cuando Alan Henning, un taxista de 47 años de Manchester, estaba viajando el año pasado a Siria en un convoy de ayuda humanitaria, dijo que era importante asegurarse que llegara a «la gente adecuada».
Pero su caridad lo hizo caer en manos del grupo extremista Estado Islámico (EI), que lo tomó como rehén a sólo minutos de su llegada, el 27 de diciembre de 2013.
Ahora un video aparentemente lo muestra siendo decapitado.
Su secuestro se dio a conocer nueve meses despues de haber ocurrido, cuando se convirtió en el cuarto rehén occidental en ser mostrado en un video por EI después de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff y el trabajador humanitario británico David Haines.
Casado y padre de dos hijos, Henning era apodado «Gadget» por sus habilidades técnicas. Era parte de un convoy informal con musulmanes británicos cuando fue secuestrado en Ad Dana, un área tomada por EI.
Conoció a sus colegas a través de su trabajo como taxista y ya había participado en tres convoyes.
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Alan Henning era admirado por su entrega y servicio al prójimo.
Un viaje que le cambió la vida
Antes de viajar a Siria por cuarta vez, Henning comentó a la BBC que no era musulmán, pero que su visita a un campamento de refugiados le cambió la vida y se sintió obligado a regresar.
El grupo salió de Reino Unido una semana antes de su captura y tenía la intención de entregar ayuda a los refugiados.
Los voluntarios recaudaron dinero para comprar equipos médicos vitales, incluidas antiguas ambulancias del Servicio Nacional de Salud británico, que pensaban entregar a hospitales.
Artículos como leche para bebés, pañales y alimentos fueron empacados en las ambulancias y transportados más de 4.800 kilómetros, antes de cruzar de Turquía a Siria.
Henning lavó autos para juntar dinero para donaciones.
Regalos de Navidad
Además de taxista, Henning era un pescador entusiasta.
El día que conocí a Alan Henning
Conocí y filmé a Alan Henning en Salford en octubre, cuando estaba empacando para un convoy de ayuda.
Para entonces, ya había viajado a Siria en tres convoyes.Cuando le pregunté por qué estaba regresando a un país tan peligroso, me respondió que lo inspiraron unos amigos.
Después de su experiencia en un campamento de refugiados, su vida nunca volvió a ser la misma.
Describió cargar a esos niños y cómo lo había afectado.Cuando regresó a Reino Unido se le hizo difícil: Siria lo llamaba.
Me dijo que tenía que volver.
También expresó que se sentía mal y podría no tener la oportunidad de involucrarse en esa clase de trabajo de ayuda por mucho más tiempo.
Catrin Nye
Imágenes de él en la Navidad de 2013, tomadas en el convoy en Turquía, lo mostraban hablando de los regalos que había recibido de su familia.
Allí comentaba lo «duro» que era estar lejos y que entre sus regalos había artículos de higiene y los demás integrantes del convoy le obsequiaron una camiseta, loción de afeitar, chocolates y galletas.
También bromeó sobre alguien que le había preparado un desayuno de «huevos asiáticos, frijoles y tostada» que «recibió con gratitud».
«Más gente debería mostrar un poco más de caridad. Así, al menos ves a dónde va, a la gente adecuada», expresó.
Una semana después de que el primer video de EI de Alan apareció en internet -donde el grupo amenazaba con matarlo- su esposa Barbara pidió su liberación.
«Cuando lo secuestraron estaba manejando una ambulancia llena de comida y agua para ser entregada a quien la necesitara», dijo.
«Su propósito allí era ni más ni menos. Fue un acto de pura compasión».
«Confundidos»
Tres días después, la familia recibió un audio de él «rogando por su vida» y Barbara emitió un segundo mensaje.
«He visto a musulmanes en todo el mundo cuestionar a EI sobre el destino de Alan», expresó.
«Estamos confundidos porque quienes dirigen a EI no puedan abrir sus corazones y mentes a los hechos alrededor del cautiverio de Alan y por qué continúan amenazando su vida. Por favor, libérenlo».
El líder del convoy en el que iba Alan cuando lo secuestraron era su amigo Kasim Jameel.
«Recibir un mensaje así de un ser querido es duro para mí, pero eso no es nada comparado con lo que está pasando su familia y menos con lo que está pasando Alan», dijo.
«Es un bonachón», añadió. «Eso debe ser un infierno absoluto, no saber qué le ocurrirá en la próxima hora».
Otro compañero de convoy, Majid Freeman, de 26 años, describió a Henning viendo un video en el que murieron niños por falta de electricidad en un hospital sirio, tras lo cual recaudó dinero para comprar un generador y llevarlo.
«Esa es la clase de persona que ‘Gadget’ es», comentó.
Henning se negaba a gastar dinero en hoteles, durmiendo en su ambulancia para ahorrar.
Microchip en el pasaporte
EI capturó a Henning y a otros integrantes del convoy 20 minutos después de que entraron a Siria.
Fueron interrogados por militantes y les decomisaron sus pasaportes, aunque eventualmente los demás -todos musulmanes británicos- fueron liberados.
Freeman, quien estaba con Henning entonces, dijo: «Allí fue cuando descubrimos que ‘Gadget’ no estaba».
EI acusó a Henning de ser un espía -por el microchip en su pasaporte británico- y se lo llevaron.
Freeman entregó su propio pasaporte para demostrar que los musulmanes británicos también tienen este microchip, pero de nada sirvió.
Casi todos abandonaron Siria temblando, aunque unos pocos se quedaron para ayudar a buscar a Henning.
Los demás aún creían que pronto sería liberado.
Pero el 13 de septiembre de 2014, Henning apareció al final del video de EI en el que mataban a Haines.
«Pesadilla»
Majid Freeman y Alan Henning se hicieron buenos amigos.
Freeman declaró a la BBC que al ver a Henning en el video -vestido de anaranjado como otros rehenes de EI- era lo que él y sus amigos estaban temiendo.
«Bajó mucho de peso, se veía diferente y no hay nada que pueda hacer, es una pesadilla», manifestó.
«Escuchas estas cosas todo el tiempo en los