En Chicago, la líder de la sección de Chicago de Black Lives Matter (“Las vidas afroestadounidenses importan”, en español) se rehusó a reunirse con el presidente el jueves en la Casa Blanca. El presidente invitó a Aislinn Pulley a formar parte de una reunión intergeneracional de líderes de los derechos civiles, entre los que se encontraban Al Sharpton y el presidente de NAACP, Cornell Brooks.
Pero Pulley declinó la invitación en un artículo de opinión en Truthout: “No podría, a riesgo de perder mi integridad, participar en una farsa que solo serviría para legitimar el falso relato que el gobierno está implementando para poner fin a la brutalidad policial y al racismo institucional que la impulsa”.