Barack Obama en Hiroshima o las vueltas de la historia

Barack Obama escribirá una nueva página en la historia, luego de abrir los brazos a dos viejos enemigos como Cuba e Irán, y se convertirá en el primer presidente norteamericano en ejercicio en visitar Hiroshima, la ciudad arrasada junto con Nagasaki en dos devastadores ataques nucleares que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial.

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Obama visitará el Hiroshima Peace Memorial Park, dedicado a las víctimas, el 27 de mayo próximo, en compañía del primer ministro japonés, Shinzo Abe, que saludó la decisión sin precedente del mandatario norteamericano «desde lo profundo del corazón».

«Esta visita ofrecerá una oportunidad para honrar la memoria de todos los inocentes caídos durante la guerra», precisó Rhodes sobre los propósitos del viaje, entre los cuales Obama se propone también cimentar la alianza entre Estados Unidos y Japón, surgida luego del conflicto que los tuvo en veredas opuestas desde el recordado ataque de la armada japonesa a Pearl Harbor, que marcó la entrada de Washington a un conflicto que hasta entonces miraba de afuera.

Hiroshima fue el objetivo del primer bombardeo atómico de la historia, ejecutado por aviones norteamericanos el 6 de agosto de 1945. Estados Unidos llevó a cabo un segundo ataque sobre Nagasaki, tres días después, que forzó la rendición definitiva de Japón y puso fin a la guerra. En ambas explosiones fallecieron 220.000 personas, sin contar las consecuencias en la salud de miles de japoneses.

En su décimo viaje a Asia, que realizará del 21 al 28 de mayo, Obama visitará también Vietnam, donde hablará con los principales dirigentes del país y ofrecerá un discurso en Hanoi.

«Manifestar la determinación de alcanzar un mundo sin armas nucleares desde una ciudad golpeada por una bomba nuclear será importante para la próxima generación», dijo el premier japonés sobre el viaje que compartirá con Obama al lugar de la tragedia. Una actitud exactamente contraria a la de la derecha norteamericana.

Muchos dirigentes republicanos, irritados con los recientes acercamientos a Cuba e Irán, denunciaron que la gira asiática de una semana es la enésima señal de debilidad de la administración Obama. Para ellos las visitas a Hiroshima y Hanoi es ni más ni menos que un «apology tour» o gira del perdón por las dos intervenciones de Estados Unidos allí.

El llamado de Obama contra la proliferación en su discurso de Hiroshima chocará precisamente contra el del candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, que quiere un rearme nuclear de Japón y Corea del Sur.

Según una encuesta de la cadena pública japonesa NHK, la mayoría de los japoneses (70%) quiere que Obama visite Hiroshima.

Redactado desde Agencias.

 

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