
La revista titula el artículo: El papel de Estados Unidos (EE.UU.) en el deterioro de El Salvador y señala que “muchos salvadoreños se quedaron en los EE. UU. después de un devastador terremoto (refiriéndose a los terremotos de enero y febrero de 2001), pero otros desastres en el país fueron creados por el hombre”.
La revista The Atlantic señala que cuando Donald Trump dijo este mes de enero que terminaría con el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para más de 190,000 salvadoreños, la cantidad de inmigrantes que terminarían perdiendo protecciones bajo la administración de ese presidente se acercará a la cifra de un millón de personas que terminarán siendo expulsadas del país norteamericano. Esto incluye personas, como las de El Salvador, que ahora pueden ser deportadas a países donde sus vidas podrían estar en peligro, porque tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo.
Al asumir el cargo, Trump prometió terminar con el TPS otorgado a los salvadoreños en 2001 luego de un devastador terremoto. Recientemente, durante una reunión de la Casa Blanca sobre política de inmigración, el presidente caracterizó lugares como El Salvador, junto con Haití, como países «shithole» (o quizás «shithouse»). No deseoso de criticar explícitamente al presidente por sus comentarios despiadados, el senador por el Estado de Florida, Marco Rubio, expresó su compasión por la nación centroamericana diciendo: «El pueblo de El Salvador y Haití han sufrido como resultado de malos líderes, crimen desenfrenado y desastres naturales».
El periodista norteamericano señala en su artículo que Rubio omitió observar que uno de los desastres más grandes en El Salvador -uno que produjo cientos de miles de refugiados -, incluso antes de la ola posterior al terremoto, fue hecho por el hombre, siendo Estados Unidos, y no la naturaleza, una fuerza importante.
Luego, el periodista reafirma que “fue una guerra civil de la década de 1980, una que enfrentó a los revolucionarios de izquierda contra la alianza de países, oligarcas y generales que gobernaron el país (El Salvador) durante décadas, con el apoyo de los Estados Unidos, manteniendo a los campesinos analfabetos y empobrecidos. Fue una guerra sangrienta, brutal y sucia. Más de 75,000 salvadoreños fueron asesinados en la lucha, la mayoría de ellos víctimas de los militares y sus escuadrones de la muerte. Los campesinos fueron fusilados en masa, a menudo cuando intentaban huir. A los líderes estudiantiles y estudiantes se les ataron los pulgares a la espalda antes de recibir un disparo en la cabeza, y dejaron sus cuerpos en los bordes de las carreteras como advertencia a los demás”.
Bonner añadió que el presidente Trump podría preguntarse qué estaba haciendo Ronald Reagan -uno de sus presidentes favoritos- que derramaba miles de millones de dólares en ayuda económica y militar en el pequeño país.
A principios de los años 80, El Salvador recibía más ayuda de este tipo que cualquier otro país, excepto Egipto e Israel, y el personal de la embajada era casi tan grande como el de Nueva Delhi. Para Reagan, El Salvador fue el punto para trazar la línea en la arena contra el comunismo.
Agrega que la guerra impulsada por Estados Unidos llevó a decenas de miles de salvadoreños a huir de la violencia por seguridad en los Estados Unidos. A mediados de los años 90.
Clinton permitió que expirara su «estado de protección temporal». Esta decisión contribuyó a la violencia de las pandillas que marca a El Salvador hoy en día.
Bonner comenta que “no hace mucho tiempo, cuando pasó un día sin un asesinato, fue noticia en el país. Miles de refugiados devueltos eran jóvenes, que habían desertado del ejército o de la guerrilla durante la guerra. Y cuando regresaron a El Salvador, con poco más allá de sus habilidades de lucha, formaron el núcleo de las pandillas”.
El periodista estadounidense reconoce que El Salvador ha hecho notables progresos desde el final de la guerra en 1992, y seguramente es injusto describirlo como un «shithole» como lo llamó el Presidente Donald Trump.
En ese sentido, reconoce, que el país ha realizado cinco elecciones presidenciales desde el final de la guerra, todas relativamente libres y justas y con poca violencia. En 2009, después de 15 años de presidentes de derecha, Bonner comenta que los salvadoreños eligieron a un experiodista convertido en político, y fue sucedido en las próximas elecciones por otro exrevolucionario y comandante guerrillero.
“En este sentido, y dada la historia de Estados Unidos en El Salvador, uno podría pensar que Estados Unidos le debe una disculpa a los ciudadanos del país en lugar de epítetos despectivos (refiriéndose al calificativo “shithole” que Trump le dedicó a los salvadoreños en días recientes)”, aseguró Bonner.
Este artículo puede verse íntegro en el siguiente link, y también fue publicado antes de que el presidente Donald Trump ofreciera al Congreso acceder a legalizar a 1.8 migrantes en condición de ilegales, entre ellos incluidos los de El Salvador, a cambio de $25 mil millones para construir un muro en la frontera con México.
Presidente salvadoreño hace realidad el sueño de vivienda para más de 650 familias de todo el país
El presidente Salvador Sánchez continúa cumpliendo con uno de los derechos ciudadanos más apreciados en el país: la vivienda. 658 familias recibieron este martes, de manos del gobernante, escrituras de propiedad y subsidios para la construcción y reconstrucción de sus casas en distintas partes del territorio nacional, con una inversión superior a los 1.3 millones de dólares.
“Tener una vivienda digna, la seguridad jurídica sobre su propiedad y la oportunidad de mejorar el hábitat es un derecho de la población, que como Estado tenemos la obligación de cumplir”, dijo el dignatario durante la entrega, celebrada en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones, en la capital San Salvador.
“Acciones como estas son los que demuestran el verdadero compromiso de mi gobierno de mejorar las condiciones de vida de todos, especialmente de los sectores históricamente olvidados”, agregó.
Fueron 407 familias que recibieron subsidios para la construir o reconstruir sus casas, por un monto de 1,354,917.82 dólares invertidos por el Fondo Nacional de Vivienda Popular (FONAVIPO), mientras que 251 familias recibieron las escrituras de propiedad que las convierten en dueñas legítimas de sus tierras.
Las beneficiarias son personas provenientes de distintos municipios de los departamentos de Chalatenango, Ahuachapán, Sonsonate, Santa Ana, San Salvador, Cuscatlán, Cabañas San Vicente, La Libertad, Morazán, Usulután y La Unión.
El Presidente destacó que esta entrega también reconoce el derecho a vivienda de 27 veteranos del conflicto civil, tanto de las filas del FMLN como de la Fuerza Armada, en cumplimiento a la Ley de Beneficios y Prestaciones Sociales para lo Veterano Militares de la Fuerza Armada y Excombatientes del FMLN que participaron en el conflicto armado interno.
De los más de 1.3 millones de dólares invertidos en los subsidios entregados por FONAVIPO este martes, 1,111,352.80 son provenientes de los 10 millones de dólares que fueron transferidos a FONAVIPO por una iniciativa presidencial, para ampliar la cobertura de beneficiarios.
Asimismo, del total de escrituras de propiedad entregadas, 173 fueron para familias que habitan calles en desuso y terrenos de la vía férrea, mientras que otras 78 fueron para igual número de familias de San Vicente y Apopa que fueron impactadas por la tormenta Ida, en 2009.
Subrayó además que los beneficios otorgados con esta entrega se suman a la entrega realizada la semana pasada de 250 viviendas entregadas a familias de San Pedro Masahuat, que también fueron afectadas por aquel fenómeno tropical.
Destacó que en sus cuatro años de gestión, a través de FONAVIPO el gobierno ha entregado 5.6 millones de dólares en contribuciones para la construcción o mejoramiento de viviendas a más de 1,900 familias, además de haber brindado con créditos a 7,147 hogares con fondos ascendentes a 39.5 millones de dólares.
“Durante mi gestión, más de 103 mil viviendas en todo el país han sido entregadas a través del Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano, el Fondo Nacional de Vivienda Popular, el Fondo Social para la Vivienda y el Instituto de Legalización de la Propiedad”, enfatizó.
Afirmó que tras una evaluación realizada recientemente sobre el cumplimiento del Plan Quinquenal de Desarrollo destaca el buen desempeño de los objetivos trazados en materia de vivienda.
“Les quiero decir con mucho orgullo que el tema de vivienda es una de las metas cumplidas en el Plan Quinquenal de Desarrollo 2014-2019 de este gobierno”, sostuvo.