En Georgia, inmigrantes encarcelados en un centro de detención con fines de lucro presentaron una demanda colectiva en la que sostienen que fueron forzados a trabajar por ocho dólares por día o menos, lo que constituye una violación de las leyes laborales estadounidenses.
La demanda alega que los prisioneros del Centro de Detención Stewart de Lumpkin, en Georgia, que se niegan a participar en los llamados programas de trabajo “voluntario”, son objeto de las represalias de los guardias, entre las que se cuentan amenazas de procesamiento criminal.
Un exprisionero afirma que trabajaba hasta siete días a la semana por turnos de ocho horas en la cocina de la prisión, ganando cuatro dólares por día; y que cuando se rehusó a trabajar fue puesto en confinamiento solitario por diez días.
La prisión es dirigida por la empresa CoreCivic, que antes era conocida como Corrections Corporation of America.