Decenas de inmigrantes recluidos en el centro de detención privado Otay Mesa, próximo a la ciudad de San Diego, iniciaron una huelga de hambre este fin de semana a causa de la creciente preocupación por su seguridad durante la pandemia de COVID-19.
Otay Mesa registra actualmente el mayor brote de coronavirus de cualquier cárcel de inmigración en Estados Unidos. La semana pasada, surgieron informes que indican que guardias de Otay Mesa rociaron con gas pimienta a un grupo de mujeres en una de las unidades de detención por negarse a firmar un documento con una cláusula que presuntamente protegía a CoreCivic de responsabilidad legal en caso de que las reclusas se enfermaran, a cambio de mascarillas.
Esta es una llamada telefónica mantenida entre un activista perteneciente a la agrupación en favor de los derechos de los inmigrantes Pueblos Sin Fronteras y una mujer recluida en Otay Mesa, detenida en la unidad que fue rociada con gas pimienta.
Solicitante de asilo: “¡Nos están echando gas pimienta! No nos respetan. Somos humanos, no animales. ¡Auxilio! Quieren obligarnos a firmar para que nos den una mascarilla. Nos quieren cobrar por las camisetas con las que hicimos mascarillas”.
En más noticias sobre inmigración en Estados Unidos, decenas de personas realizaron un mitin en las inmediaciones de una prisión para jóvenes inmigrantes en Chicago el sábado para exigir la liberación de los menores detenidos.
Las instalaciones de la organización Heartland Alliance albergan a casi 70 menores separados de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México, y durante la semana pasada confirmaron que unos 37 menores dieron positivo para COVID-19. En los últimos días han surgido imágenes que muestran a jóvenes en el interior de las instalaciones exhibiendo carteles en las ventanas en los que puede leerse “AYUDA”.
Michael Cohen será liberado de centro de detención federal mientras reclusos en todo EE.UU. en riesgo de contraer coronavirus

Continúan aumentando las peticiones de liberación de prisioneros a medida que los casos de COVID-19 aumentan vertiginosamente en las cárceles de todo Estados Unidos.
En el estado de Florida, una persona se encadenó a dos barriles de concreto frente a la mansión del gobernador de Florida, Ron DeSantis, protestando por la negativa del gobernador a liberar a personas encarceladas durante la pandemia del coronavirus. En el estado de Ohio, más de 2.400 reclusos en la Institución Correccional Marion han dado positivo por COVID-19.
Mientras tanto, el ex abogado personal de Donald Trump y quien varias veces lo ha sacado de apuros, Michael Cohen, será liberado de la prisión para cumplir el resto de su condena de tres años bajo arresto domiciliario.
Unos 21 miembros del personal y reclusos de la prisión de Otisville en el norte del estado de Nueva York han dado positivo por COVID-19, pero el centro de reclusión no se considera un foco de coronavirus.