Uchuraccay, a 41 años de la muerte de los ocho periodistas

Autoridades del distrito de Uchuraccay.

Una larga espera

Fotos y texto: Ángel E. Mendoza

“La mejor manera de hacer justicia con estos pueblos olvidados, es realizando obras que sirvan a la población para mejorar su calidad de vida”

Enclavado en las frías montañas de los andes peruanos a casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, se encuentra el olvidado pueblo de Uchuraccay que alguna vez fue testigo de la muerte de los periodistas que llegaron a este lugar con el fin de visibilizar a los ciudadanos desposeídos que vivían en la miseria; estos periodistas que estuvieron en el lugar fueron Jorge Sedano del diario “La República”, Amador García, de “Oiga”, Jorge Mendívil y Willy Retto, de “El Observador”, Eduardo De la Piniella, Félix Gavilán y Pedro Sánchez del “Diario Marka”, Octavio Infante de “Noticias de Ayacucho”, Juan Argumedo (guía) y Severino Huáscar (comunero), todos ellos muertos de una manera cruel un 26 de enero de 1983.

Viviendas precarias en las laderas de los cerros en Uchuraccay.

Hoy 41 después de la peor tragedia en el mundo del periodismo, el poblado de Uchuraccay en Huanta, Ayacucho, parece haber recibido la maldición de los años violentos que vivió la zona andina del Perú, está detenido en el tiempo y que nada ha cambiado, sigue siendo uno de los distritos más pobres del Perú.

Homenaje por los 41 años de la desaparición de los periodistas en el Santuario de la paz y la reconciliación en Uchuraccay.

Gilder Tello Huamán, alcalde del centro poblado de Iquicha, expresa su indignación al señalar que casi nada ha cambiado en estas cuatro décadas desde que se escuchó hablar en todo el mundo de esta comunidad rural, “se ve la misma realidad, poco se ha avanzado, sigue siendo uno de los distritos más pobres del país, con altos índices de desnutrición infantil, bastante pobreza, anemia en los niños; el gobierno central debe trabajar en articulación con las autoridades para acabar con estos problemas que nos aquejan”.

Pedimos al gobierno central que invierta presupuestos en los proyectos productivos, tenemos iniciativas propias como el cultivo de fresas, pero queremos que se invierta en sistemas de riego tecnificado, se mejore la infraestructura en salud, educación y la mejora de las carreteras muy olvidadas que nos siguen aislando de las grandes ciudades en este siglo XXI, señala Tello Huamán.

Pobladores recuerdan los 41 años de los Mártires de Uchuraccay.

Para Tello, en estos 41 años de la masacre a periodistas, la mejor manera de hacer justicia, con estos pueblos olvidados, es realizando obras que sirvan a la población para mejorar su calidad de vida. Considera que estas acciones son una forma de reconciliación y reafirmación de la paz entre los pueblos y el gobierno que aun los tiene olvidados.

En el mismo sentido que su colega iquichano, el alcalde del centro poblado de Uchuraccay, Edwin Curo Huachaca, considera que no ve cambios en su distrito, todo permanece igual que en los años anteriores. Curo, como autoridad local tiene claro sus requerimientos y exige el equipamiento en el centro de salud y el sector educativo que en sus niveles inicial, primaria y secundaria tienen muchas carencias.

Personal de salud, autoridades civiles y políticas de Uchuraccay, Tambo y Huanta.

“No hay presencia del gobierno regional de Ayacucho, solo de la provincia de Huanta y esporádicamente el gobierno central con sus programas sociales”, manifiesta la autoridad municipal de Uchuraccay.

Es preciso señalar que Uchuraccay fue una de las comunidades más afectadas por las acciones de Sendero Luminoso y el Estado (su olvido). Estos actos violentos causaron la muerte de más de la mitad de sus pobladores y que fueron forzados a abandonar sus residencias para luego migrar a la costa y las principales ciudades de la región Ayacucho.

Vista panorámica del actual poblado de Uchuraccay, al fondo.

Si bien tras la muerte de los 8 periodistas y dos comuneros, aún no se ha encontrado justicia, este no debe ser un estigma para que los sigan mirando con indiferencia y desdén, sino todo lo contrario, se debe reconciliar a los peruanos, especialmente a los uchuraccaínos.

Por otro lado, Uchuraccay seguirá siendo el lugar en donde los familiares, amigos y diversos gremios periodísticos sigan llevando sus romerías y recordando como cada año, la memoria de los periodistas caídos en el “Santuario de La Paz y la Reconciliación”.

 

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