Argentina tricampeón de la Copa Mundial Qatar 2022 en un épico partido

De la mano de Messi, la albiceleste dejó a Francia sin vuelta olímpica.

Por Willians A. Castillo

La imaginación y la fantasía de la alfombra mágica en las ‘Mil y unas Noches’ llegó a su fin ante los rostros empapados, cansados y exultantes de Lionel ‘La Pulga’ Messi, Alexis Mac Allister y Julián Álvarez. El brillo brotaba de la vigésima segunda edición de la Copa Mundial de Fútbol Qatar ‘22 que alzaba los flamantes campeones después de 36 años.

Asistimos al incomparable milagro del fútbol. La emoción apretaba los corazones albicelestes bajo el cielo catarí y cubría el Lusail Iconic Stadium ante 88,966 almas que vibraron hasta el último suspiro, minuto a minuto, la gran final.

Los ‘Les Blues’ se habían ido masticando su bronca de no lograr revalidad el título obtenido en Rusia 2018, y el partido que tenían ganado y que se les escapó de las manos en 5 minutos electrizantes del suplementario final.

El fútbol había alcanzado su clímax de vibración y de brutal belleza. El fútbol, una vez más superando aspectos negativos, había ratificado su condición de juego inigualable, por lo impredecible y lo dramático del final, lo sorprendente y lo espectacular que pueden resultar sus cambiante alternativas.

La final de la Copa Mundial Qatar ‘2022, demostró que se juega en serio, porque los jugadores dejan el alma en la cancha. Sin dudas fue la última gran noche árabe, digna de lo que nos tiene habituado la FIFA.

Francia, el campeón defensor, el favorito, el de la poca hinchada que se bancó todas las desazones y todas las vicisitudes, la que lloró el drama final, la que nunca arrió las banderas de su fervor y esperanza, vivía el drama final.

Argentina es el nuevo campeón mundial Qatar ‘22 y la noche del desierto árabe era de la Plaza de Mayo y toda Argentina.

Nadie quería razonar. Nadie perdía tiempo preguntándose cómo había sucedido, cómo una derrota que parecía inexorable se transformó de pronto en una increíble victoria. Pasó porque tenía que pasar. Porque así estaba escrito en los libros del medio oriente, que hablan de un mundo diferente, de un mundo mágico.

Paremos por un momento en los festejos de argentino y volvamos a lo que ocurría en la gran final, cuando corrían los 21 minutos de la primera etapa, Ángel Di María sufrió una falta en el corazón del área gala cuando Ousmane Dembele empujó al argentino, el juez central Szymon Marciniak señaló la falta.

Lionel ‘Pulga’ Messi se encargó de poner el balón al fondo de las redes del meta galo Hugo Lloris para el 1 a 0 transitorio.

A los 36 minutos Ángel Di María puso marcador a favor de la albiceleste tras un certero pase de Alexis Mac Allister, sobre el primer palo del meta galo Hugo Lloris, quien descuida su arco en complicidad con la zaga. El balón se perdió al fondo de las redes muy cerca del poste derecho para el 2 a 0 y la euforia total de toda de hinchada argentina.

De pronto un ataque ejecutado por los galos sirvió para el contragolpe de Randal Kolo Muani, quien se proyectó por la derecha al mismo corazón del cuadro albiceleste. Uno de esos ataques asolapados Nicolás Otamendi derriba a Randal Muani dentro del área.

Kylian Mbappe entró disimuladamente y puso el balón al fondo de las redes, y Emilio Martínez quien estaba ahí solo miró el balón como lo sacaban del fondo de las redes, el galo decretó el 2 a 1 transitorio a los 80 minutos del complemento.

Faltaban 10 minutos para el silbato final. Argentina ganaba 2 a 1, los dos estaban con 11 jugadores y se intuía al más cercano campeón que una posible reacción de Francia.

Al 81 minuto más tarde Marcus Thuran habilitó a Kylian Mbappé, quien remató de derecha desde el lateral izquierdo, el efecto que le dio al balón salió bombeado para perderse en el fondo de las redes para decretar el 2 a 2. Y así fue como aseguró el alargue y enloqueció a la multitud de fanáticos galos, que viajaron a Qatar para apoyar la ‘Les Bleus’ ante un incesante calor en medio del desierto árabe.

Luego de la igualdad los últimos minutos de la final los roces se hicieron presentes Kingsley Conan escapo por la izquierda, Marcos Acuña lo volteó de atrás, el árbitro central, como correspondía, le mostró la amarilla y Argentina quedó consumido por los nervios.

Todo eso pasó entre toda la riqueza emocional, la fantástica locura, la sublime vibración que puede alcanzar el fútbol cuando se dan partidos finales y definidos de esta manera.

Los nervios son contagiosos como el buen juego o el espíritu de lucha o el bajo anímico o los pelotazos a cualquier parte.

En el alargue se produjeron amonestaciones, los victimarios fueron Leandro Paredes a los 114, Gonzalo Montiel a los 116 y Emiliano Martínez a los 98 por Argentina, y Olivier Giroud a los 95 por los galos. Los jugadores de recursos limpios, que normalmente no agreden y que, se vieron envueltos por el clima imperante. Todo eso lo sucio, lo artero, lo marginal, lo antirreglamentario no sirve para nada.

Lo anterior no sirve, hasta las líneas precedentes hablamos de todo lo elogiable, lo atrayente, lo que emociona y atrapa, lo que ha hecho y sigue haciendo la grandeza permanente de la pasión de multitudes. ‘El Fútbol’. Ese final dramático, sorpresivo, impactante fue digno de quienes inventaron el fútbol.

Hasta que a los 108 minutos del alargue, tras una jugada previa de Lautaro Martínez, tomó la pelota por el sector derecho y lanzó un centro para Leonel Messi, quien de fuerte disparó al segundo palo del meta galés Lloris para el 3 a 2, quien solo atinó a sacar el balón del fondo de sus redes transitoriamente.

Al minuto 118 la bola encontró la mano de Gonzalo Montiel en el corazón del área albiceleste, la falta fue ejecutada por Kylan Mbappé, que infló desahogadamente las redes de Argentina para el 3 a 3 y anotar un triplete y terminar como el goleador del torneo, con ocho dianas. Tras el empate los sueños de victoria se fueron a la ruleta de los penales.

Argentina y Francia. Francia y Argentina llegaron a una definición digna en el mundo, lo que pasó fue contrafigura de lo que debe ser una final, y que nunca se pasa del límite buscando una ventaja, los penales resolvería quien se coronaría como el nuevo campeón mundial.

Con los porteros vestidos de héroes en los minutos finales, la disputa del título se fue a los penales. Allí el de siempre, Emiliano ‘Dibu’ Martínez, se creció al atajar el penal de Kingsley Coman. Mientras que Aurelien Tchouameni erró su tiro, llevaron a Argentina a su tercera corona mundial.

Ahora Lionel Messi se sienta de la mesa de los campeones del mundo junto a Pelé y Diego Armando Maradona: el 10 guió a la albiceleste a su tercer mundial. A sus 35 años, el astro argentino puede despedirse con la frente en alto junto con Ángel Di María (36) como únicos sobrevivientes de la debacle en el Maracaná.

Las perspectivas del tricampeón Argentina son amplias y atractivas. El meta Emiliano Martínez una muralla cuando fue exigido. El veterano Di María autor del segundo gol y abrir camino a la victoria final, la entrega de Alexis Mac Allister. Los zagueros Cristian Romero y Nahuel Molina y sus despejes salvadores, el acierto del medio sector Rodrigo De Paul y Enzo Fernández, la zurda virtuosa de Lionel Messi y Julián Álvarez fueron los ingredientes para este triunfo inolvidable.

Por ahora, sus hinchas despiertan de un sueño muy profundo, cantan y festejan su tercer título y nada menos que enfrentándose al campeón defensor. Que tuvieron que bancarse 36 años y no es para más. Desde la Plaza de Mayo hasta Doha. Desde la Patagonia hasta el desierto de Qatar. Argentina… Argentina… Argentina hay una sola.

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