Foto: cortesía Democracy Now!
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha puesto del lado de las grandes empresas y ha instado al Congreso a intervenir para impedir que los trabajadores de ferrocarriles de carga se declaren en huelga, argumentando que la economía podría verse devastada si se concreta la huelga.
El lunes, Biden pidió a los legisladores que aprobaran de inmediato una ley destinada a imponer un acuerdo laboral al que se han opuesto la mayoría de los trabajadores de ferrocarriles de carga. En un comunicado, Biden dijo: “Como un orgulloso presidente a favor de los derechos laborales, me resisto a anular los procedimientos de ratificación y las opiniones de quienes votaron en contra del acuerdo.
Pero en este caso, donde el impacto económico de un cierre perjudicaría a millones de trabajadores y familias, creo que el Congreso debe usar sus poderes para que se adopte este acuerdo”. Muchos activistas sindicales criticaron la decisión de Biden de bloquear una huelga.
Ron Kaminkow, un ingeniero de locomotoras y organizador de la alianza intersindical Railroad Workers United, habló en la noche del lunes con Democracy Now!
Ron Kaminkow: “Podríamos haber visto a Biden optar por decirle al Congreso que le gustaría que aprobara una ley que medie el fin del conflicto bajo términos que sean más favorables para los trabajadores; es decir, un puñado de días libres por enfermedad. Y eso es lo que pedimos. A los trabajadores ferroviarios históricamente no se les han otorgado días libres por enfermedad. Actualmente, con las políticas de asistencia extremadamente rigurosas a las que nos enfrentamos, los trabajadores ferroviarios tienen muy, muy poco tiempo libre”.
Todo esto se produce al tiempo que las ganancias se disparan para la industria de ferrocarriles de carga, que ha reducido la mano de obra ferroviaria en un 30% en los últimos seis años.
