El presidente Trump firmó una orden ejecutiva para reformar la Policía luego de más de tres semanas de protestas en todo el país por el asesinato de George Floyd a manos de un agente policial en la ciudad Minneapolis.
La orden exige la creación de una base de datos a nivel nacional sobre mala conducta policial y que se otorguen subvenciones federales a los departamentos de Policía para mejorar la capacitación de su personal. Trump se opuso a las crecientes demandas para prohibir tajantemente que la policía utilice llaves de estrangulamiento.
En cambio, la orden exige a los oficiales que las utilicen solo si creen que su vida está en peligro. Durante un discurso en la Casa Blanca, rodeado de oficiales de policía, Trump no hizo ninguna mención al racismo sistémico y trató de minimizar la crisis.
bq. El presidente Donald Trump dijo: “No hay nadie que esté más en contra [que yo] del pequeño número de policías malos. Y los hay. Es un número diminuto de ellos. Enfatizo ‘diminuto’. Ellos representan un muy pequeño porcentaje. Pero los hay”.
Líderes de derechos civiles y asesores jurídicos criticaron ampliamente la orden ejecutiva de Trump. El reverendo Al Sharpton la calificó de “ineficiente y sin sentido”. Kristen Clarke, del Comité de Abogados por los Derechos Civiles, la describió como “anémica”.
Kristen Clarke dijo: “Esta orden es increíblemente anémica, ya que no aborda la discriminación racial. No impone ninguna prohibición sobre las llaves de estrangulamiento ni maniobras de inmovilización por el cuello. No pone fin a la inmunidad calificada para los agentes de policía. No fortalece las herramientas que necesitamos para que los oficiales rindan cuentas y para que sea posible procesar a aquellos que usan la fuerza letal o excesiva sin fundamento”.
Las protestas contra la brutalidad policial y el racismo continúan en todo Estados Unidos.