Por Miguel Ángel del Pozo
En ocasiones nos preguntamos porque los factores revolucionarios evitan mencionar que las realidades actuales políticas en las que estamos inmersos en esta actual Revolución Bolivariana Socialista nos encontramos inmersos en “la lucha de clases” (hemos precisado nuestra idea-propuesta con el artículo determinado “la” y no con el artículo indeterminado “una” con lo cual necesitamos precisar que ya estamos en el proceso, históricamente, inevitable, por demás, de toda revolución social, económica e ideológica cuando la confrontación de clases, quiérase o se rechace, activa las tesis marxistas de análisis tanto estructural como super-estructural en el marco de la sociología política moderna y post-moderna).
Es decir, mientras Nicolás Maduro Moros propone y promueve varias tesis políticas de Estado realistas, sustentadas a confrontar y alcanzar, en estos momentos revolucionarios, objetivos problemas sociales y económicos, heredados desde la 4ta. República, cuales, como políticas propuestas, son y significan la pro.fundización de actitudes humanas personales y comportamientos políticos comprometidos en praxis del sentimiento del “amor” cual, a su vez, significa la praxis (puesta en escena real y cotidiana) de aquella enseñanza-ejemplo de Jesús de Nazareth referida al “amor al prójimo” impuesta como nuevo mandamiento en el marco de lo bíblico-semítico heredado históricamente (nos permitimos sugerir la lectura de Jacobs Taubes: “La teología política de Pablo”. Editorial Trotta. Madrid, 2007, pp. 207).
Una otra tesis a considerar es su (Maduro Moros) preocupación por las realidades de violencia no solo actuales sino históricas desde cuando se perdieron las bases sico-sociales-telúricas de las migraciones criollas desde el campo hacia el Valle de Caracas gracias a aquellas nefastas políticas innecesarias y alienantes impulsadas por los marcos políticos capitalistas e impulsadas, obligatoriamente, por los paradigmas de la Guerra Fría frente a desarrollos lógicos de las políticas del “centro para la periferia”.
Nicolás tiene la moral, ética y el valor revolucionario para hablar de estas muy importante propuestas de “buscar la solución” definitiva de las violencias (son varias) en los denominados “barrios caraqueños” porque “las ha vivido” con sus cercanías a esas realidades sociales como el propio Nicolás así lo ha expresado públicamente, es decir, Nicolás Maduro es “un hombre del pueblo”.
Nicolás Maduro Moros conoce esas realidades sociales, las comprende y las entiende y ha asumido, con dignidad chavista, las responsabilidades que significan continuar con la Revolución Bolivariana Socialista en las actuales realidades de “continuación de los profundos cambios revolucionarios chavistas”. Es decir, nos consideramos que Nicolás Maduro entiende y comprende a todas las clases sociales que conviven en nuestra Patria, Venezuela, inclusivamente, a aquellos sectores sociales que le adversan política e ideológicamente.
En ese marco referencial, Nicolás se molesta con las absurdidades de los contenidos de las expresiones de ciertos sectores sociales que “despotrican” contra el Comandante, Hugo Rafael Chávez Frías, contra la Revolución Bolivariana Socialista, sustentando “sus verdades” en las permanentes mentiras y medias verdades marcadas por los análisis lógico-formales dieciochocescos tan del buen gusto de los adeptos a la contrarrevolución y la anti-Patria. Pero así es la política, Nicolás, por lo que nos obliga, a todos, “tirios y troyanos”, a “no bajar la guardia” sí queremos Patria.
Vayamos al tema en referencia. Hablar de “lucha de clases”, probablemente, es más difícil que discutir y/o escribir sobre el tema porque, ya de entrada, es, particularmente, un tema rechazado por las clases que son negativamente afectadas en sus intereses de clase, en el marco del pensamiento lógico-formal de la sociología positivista (a título de ejemplos podríamos mencionar a Isaac Berlin, Karl Popper, Arnold Toynbee). Es decir, nos referimos no solo al rechazo que la burguesía expresa sobre el concepto referente calificado como marxista sino a expresiones políticas de sectores sociales fascistas que “les hiere en los oídos” el solo pensar en el concepto contenido en las política-sociales propuestas de cambios de evidente confrontación hacia los intereses socio-económicos e ideológicos burgués-capitalistas cuales significan, en su praxis, cambios profundos estructurales en el marco del Estado burgués y quienes sin reflexionar (burgueses y fascistas) en lo histórico-objetivo, previamente temporal-histórico, cuando los burgueses promovieron, en sus momentos históricos de clase en ascenso social y económico, cuando en confrontación violenta buscaban desplazar del poder real-político estructural estatal a las “testas coronadas europeas”; en esta nuestra realidad venezolana, nuestra burguesía criolla observa, en el marco del desarrollo de la Revolución Bolivariana Socialista, como se ven afectados sus intereses de clase según el marco referencial paradigmático en el que se sustentan sus ideologías socio-económicas capitalistas en el tradicional y caduco eurocentrismo en crisis actual cual impreso en sus pensares en alienación no les permite aceptar las necesidades de cambios jurídico-conceptuales del Estado burgués aún en el propio marco del sistema capitalista como lo expresaron en sus quehaceres políticos cotidianos durante la 4ta. República.
Regresemos. La frase: “lucha de clases” se presta a variadas interpretaciones según cada vocablo de la frase en referencia. En primera instancia el vocablo “lucha[r]” significa según el diccionario ideológico de la lengua española: “…pelear, combatir, disputar…” (Idem, pág. 520); mientras que el vocablo “clase”, según el mencionado diccionario, presenta como definición: “…conjunto o número de personas que tienen algunas condiciones comunes…” (Ibidem, pág. 188) El diccionario “pequeño Larousse” define como “clase social” a “…grupo de individuos que poseen un lugar históricamente determinado en el seno de la sociedad y que se distingue por su modo de vida…” (Larousse, pág. 251) Cuando conjugamos ambos vocablos en la frase referida sin necesidad de penetrar en la sociología política sea en Karl Marx y/o Max Weber, podríamos proponer que la “lucha de clases” es la contradicción entre el “pasado y el presente” en tiempos históricos; es decir, nos consideraríamos como la “disputa que se presenta y se desarrolla entre grupos de individuos de una sociedad determinada cuales se diferencian por su modo de vida”. Para hacerlo corto, sería las contradicciones entre la burguesía y el resto de la sociedad en una sociedad referida en cambios profundos en revolución y en tiempos históricos precisos.
En ese orden de ideas, nos extraña las extrañezas que exponen los revolucionarios en sus liderazgos cuando las derechas definen a los seguidores del “chavismo” con los epítetos de todos conocidos. Ello nos rememora aquella frase despectiva cuando se querían definir a los seguidores de Acción Democrática con la frase de “Juan Bimba”, entre otras despectivas frases clasistas. Aquellas clases sociales que se consideraban superiores frente a aquellos desplazados por las políticas impuestas, precisamente, por esas derechas fascistas en nada se diferencian a las actuales frases y vocablos que las derechas fascistas criollas expresan cuando bien se refieren al Comandante, a Nicolás Maduro Moros, solo por mención.
Pero la “lucha de clases” se presenta en diferentes expresiones y formas. Desde nuestra opinión, Mario Silva ha sido la persona que, públicamente, ha venido exponiendo esas expresiones clasistas de las derechas fascistas, metodológicamente, con mayor rigor profesional. Es obligado expresar que la “lucha de clases” se presenta en dos (2) vertientes, a saber: la primera vertiente referida a la “conciencia de clase” mientras que la segunda vertiente es la “conciencia alienada”. ¿Qué significa ello?
La burguesía es la clase social que ha venido desarrollándose en tiempos históricos en permanente evolución y perfectibilidad desde las presencias del “burgo” como factor urbanístico que permitió la incipiente presencia de factores sociales que se expresaban, sociológicamente, diferentes a las noblezas y a los sectores campesinos. Ese desarrollo, a pesar de las obligaciones ideológicas religiosas que se desarrollaron durante las edades medias, en sus diferentes etapas, se fue expresando y expandiendo, quizás, hasta imponiendo, sus aspiraciones socio-económicas en “pleno desarrollo” que se correspondieron con las “ciudad-estado” en la geografía de la península itálica (Venecia, Génova a título de ejemplo). Es obvio que la acumulación frente al despilfarro de las noblezas y testas coronadas, le permitieron a la burguesía ir profundizando en sus influencias en el estado feudal en plena decadencia hasta que las contradicciones “explotaron” en la Revolución Francesa cual se transformó en el “hecho histórico” catalizador del proceso político hacia el “estado moderno” y el “imperialismo”. La burguesía ha controlado el estado y sus instituciones observando y beneficiándose de las consecuencias socio-económicas que se desarrollaban en el marco estatal burgués. Pero las propias contradicciones del desarrollo del sistema capitalista, las guerras, los enfrentamientos entre los “imperios europeos”, Rusia, Japón y los EEUU de América y las contradicciones internas por crecimiento en la estructura obligó al capitalismo a desarrollar políticas de “caos y orden” con las finalidades de mantener su status quo. Para las burguesías de los estados dependientes periféricos su razón de ser era y es la alienación y convertirse en simples siervos de leva y/o “primus inter pares” según los niveles de desarrollo de cada país en función de las políticas postmodernistas de “aliados y socios” en el marco de la actual “nueva política Obama” (JVR dixit).
¿Cómo se expresa, particularmente, en Venezuela en el marco de la Revolución Bolivariana Socialista y las realidades objetivas que se presentan con el “traslado espiritual” del Comandante, Hugo Rafael Chávez Frías, y la candidatura de Nicolás Maduro Moros como continuador de la mencionada revolución conjuntamente con las expresiones de la sociedad no burguesa ante esas objetivas realidades socio-políticas criollas-nacionalistas y bolivariana en el marco referencial de la propuesta en escena de la “lucha de clases” con la finalidad de tratar de demostrar esas expresiones políticas que se enmarcan en ese concepto marxista de la “lucha de clases?
El diario “El Carabobeño” (web. Domingo, 31.03.2013) publicó la noticia de la declaración del Obispo de Caracas, Jorge Urosa Savino, titulada: “Urosa: Comparar a Chávez con Dios es desvirtuar divinidad de Jesús” porque, según el texto desarrollado, la “…autoridad eclesial…fijó posición…acerca del levantamiento improvisado de una capilla en honor al ex primer mandatario nacional, en el sector popular del 23 de Enero, por parte de sus simpatizantes y seguidores, quienes lo denominan “el santo Hugo Chávez del 23”…”; pareciera que el Obispo de Caracas desconoce la Historia eclesial desde la Colonia y la ausencia de sacerdotes y el sincretismo obligado por esa ausencia de guía espiritual-católica decidida por la Corona borbónica hispana; al tiempo, el diario “El Nacional” (sábado, 30 de marzo de 2013) tituló otra frase del Obispo de Caracas quien expresó que “…hay que desterrar la violencia política…” Ahora bien, para “El Nacional” en su cuerpo “ciudadanos” (Idem) reproduce la opinión de “una pareja” que expuso que “…el Viernes Santo es un momento de reflexión y creen que este grado de compenetración es imposible de experimentar en la aglomeración que se registra en el centro de la capital [Caracas, porque] acude tanta gente que no puedes sentarte y pensar con tranquilidad. Sientes como si te estuvieran empujando…” (Idem, pág. 1) Curiosidades veredes,, santos varones porque ese mismo panfleto referido en su página central aparece una foto del Santo Padre, Francisco, Obispo de Roma, en la Basílica de San Pedro, en la más insigne posición en oración ante la vista de “un gentío”, claro, al Obispo Francisco nadie lo “está empujando”. Por supuesto, si usted, respetado y respetada, en vez de ir a las iglesias del pueblo en el centro de Caracas, se dirige a las iglesias de las burguesías del este de Caracas: San Luis de Gonzaga (El Cafetal), iglesias en El Marqués, La Urbina, Terrazas del Ávila, Macaracuay, Santa Paula (El Nacional dixit), ustedes no sufrirán los sinsabores y malestares “del gentío popular y muy creyentes en la fe católica” que los estén empujando. Por cierto, a “El Nacional” se la olvidaron dos (2) muy importantes y hermosas iglesias: San Francisco donde cabe “un bululú” de gente y la iglesia de la Sagrada Familia que, también, es muy espaciosa y espaciosa. Pero lo importante, como burgués, es no dejarse “empujar por el pueblo chavista”. ¡Amén!.
Fuente: BARÓMETRO INTERNACIONAL,
Fuente: ARGENPRESS.info