Por Tomás A. Granados
China y Japón parecen estar muy distantes de aliviar la candente crisis que los mantienen enfrentados en torno a un grupo de islotes desiertos, quizás el peor momento de tensiones entre ambas potencias asiáticas desde la Segunda Guerra Mundial.
Al menos, el primer intento diplomático de ambas partes el pasado 25 de septiembre en Beijing para tratar de aliviar ese conflicto en torno a las islas Diaoyu, que Japón llama Senkaku, solo sirvió para confirmar sus respectivas posiciones antagónicas, aunque aceptaron continuar las discusiones.
Japón insiste en justificar la compra de tres islotes de ese archipiélago a su presunto propietario privado el 11 de septiembre, al indicar que se trata de una acción encaminada a facilitar la administración de esos territorios de una manera pacífica y estable.
Pero China denuncia que se trata de una farsa provocadora de Tokio que viola la soberanía e integridad territorial de este gigante asiático.
Las autoridades en Beijing han sacado a relucir evidencias históricas sobre la pertenencia de ese territorio a China desde la época de la Dinastía Ming y que Japón ocupó aprovechando la debilidad de este país tras derrotarlo en la guerra de 1895.
A juicio de analistas diplomáticos en Beijing, lo sorprendente en todo este escenario de tensiones es que Japón haya dado ese paso sin importarle el entendimiento a que había llegado con China de dejar el asunto de las islas Diaoyu para una solución final en el futuro.
Precisamente ese consenso fue crucial para las negociaciones que condujeron a la normalización de las relaciones diplomáticas bilaterales en 1972 y la firma del Tratado de Paz y Amistad Japón-China en 1978.
Para el director del Instituto de Investigaciones Navales del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China, Wang Xiaoxuan, este movimiento de Japón en el archipiélago Diaoyu ocurre en medio de un renovado militarismo en ese país.
Wang comparte el criterio de otros analistas chinos, quienes aseguran que detrás de las intenciones de Japón en el archipiélago Diaoyu se ocultan los deseos de las fuerzas derechistas de recuperar el estatus que tenía ese país en el Asia Oriental antes de ser derrotado en la Segunda Guerra Mundial.
Un elemento inquietante para las autoridades en Beijing es que estos pasos que Japón está dando sin importarle hasta qué punto pudieran dañar las relaciones bilaterales coinciden con el fortalecimiento y expansión de la presencia militar de Estados Unidos alrededor de China.
La reposición de tropas, aviones y unidades navales estadounidenses en la región de Asia-Pacífico ha despertado las sospechas del gobierno chino de que esos movimientos del Pentágono estarían encaminados a tender un cordón militar alrededor de este país.
Según Wang, los sectores derechistas en Japón se han envalentonado con estos movimientos de Estados Unidos, que a su vez «se ha hecho el ciego ante la resurrección del militarismo japonés en su afán de mantener su estatus hegemónico mundial».
El analista chino sostiene que Estados Unidos es responsable en gran medida de la presente crisis entre China y Japón, por incluir de manera unilateral el archipiélago Diaoyu en el Tratado de Reversión de Okinawa a la soberanía nipona firmado por Washington y Tokio en 1971, así como en el Tratado de Defensa.
El gobierno chino se ha opuesto de manera permanente a ese pacto al cual denuncia como «un intercambio deshonesto del territorio chino entre Japón y Estados Unidos», y se ha negado a reconocerlo.
Para el analista chino, esa acción unilateral de Washington «sembró la semilla de la disputa territorial entre Japón y China».
Durante su visita a Beijing, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, trató de persuadir a las autoridades chinas de que Washington se mantiene neutral en ese conflicto, pero no hay indicios de que haya logrado eliminar las dudas.
El ministro chino de Defensa, general Liang Wuanglie, le advirtió a Panetta que Beijing se reservaba el derecho de tomar las acciones pertinentes para defender la soberanía de este país sobre las islas Diaoyu ante las intenciones expansionistas de Japón.
«El ala protectora de Estados Unidos ampara a Japón en el tema de las islas Diaoyu, pero no debe poner a prueba la paciencia de China por mucho tiempo», expresó el analista Wang.
Fuente: Prensa Latina/ARGENPRESS.Info
China busca resolver por vía diplomática la disputa sobre las islas “robadas
El ministro de Asuntos Exteriores de China, Yang Jiechi, instó a resolver la disputa sobre el archipiélago Diaoyu (Senkaku, según la denominación nipona) mediante negociaciones con Japón, país al que acusó no obstante de haber robado las islas disputadas.
“Ellos (los japoneses) no podrán ignorar el hecho histórico de que Japón robó las islas Diaoyu a China, y el archipiélago está bajo la soberanía china. China exige que Japón renuncie a las acciones que violan la integridad territorial china, y tome medidas concretas para resolver la disputa por vía diplomática”, dijo Yang el jueves en la 67ª Sesión de la Asamblea General de la ONU.
Advirtió que el Gobierno de China está decidido a proteger su integridad territorial y declaró que la adquisición de tres islotes del archipiélago por parte de Japón el pasado 11 de septiembre es “una grave violación de la soberanía nacional de China” y un paso unilateral “ilegal e inválido”.
Según Yang, Japón “invadió las islas en 1895 al término de la Guerra Chino-Japonesa, y forzó al Gobierno chino a firmar un tratado desventajoso sobre la entrega de las islas y otros territorios a Japón”. Tras la II Guerra Mundial, indicó el ministro, Diaoyu y otros territorios ocupados fueron devueltos a China en virtud de la Declaración de El Cairo, la Declaración de Potsdam y otras actas internacionales.
El secretario general del Gabinete de Ministros de Japón, Osamu Fujimura, anunció hoy en respuesta que “la postura de China carece de fundamento alguno” y subrayó que, según Japón, en este caso no se trata de ninguna disputa territorial entre los dos países y por ende no es necesaria la asistencia de los organismos jurídicos internacionales.
La disputa entre Pekín y Tokio por las cinco islas Senkaku, de una superficie de 6 kilómetros cuadrados, se agravó después de que Japón nacionalizara tres islotes del archipiélago el pasado 11 de septiembre, lo que China calificó como una amenaza a su integridad territorial y advirtió sobre unas “consecuencias serias” de la adquisición.
El litigio en cuestión se remonta a la década de los 1970. Japón insiste que controla las islas desde el año 1895 y que anteriormente no habían pertenecido a ningún Estado. Pekín aduce por su parte que en los mapas nipones de 1783 y 1785 las islas se identifican como parte de China, incorporada a su territorio ya en la Edad Media.
Después de la II Guerra Mundial el archipiélago fue administrado por Estados Unidos que lo entregó a Japón en 1972 junto con la isla de Okinawa. Taiwán y China afirman que Japón posee las islas de forma ilegal, mientras que Tokio atribuye las pretensiones territoriales de Pekín y Taipéi a que en la zona se encuentran importantes reservas de hidrocarburos.
Fuente: RIA NOVOSTI