De cómo la izquierda finalmente terminó eligiendo al presidente de Colombia

Juan Manuel Santos fue reelecto con los votos de la izquierda colombiana. Foto: Reuters/BBC.
Juan Manuel Santos fue reelecto con los votos de la izquierda colombiana. Foto: Reuters/BBC.

Por Arturo Wallace

Electo fundamentalmente con los votos de la derecha, luego de su victoria en las elecciones de 2010 los primeros agradecimientos de Juan Manuel Santos fueron para el entonces presidente Álvaro Uribe.

Cuatro años después, en el discurso pronunciado luego de su victoria sobre Oscar Iván Zuluaga, Santos casi que empezó dándole las gracias a los votantes y representantes de la izquierda.

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«Quiero rendir homenaje a un hombre excepcional, que transformó positivamente a nuestro país (…), uno de los mejores presidentes que hemos tenido en dos siglos de vida republicana: ¡Muchas gracias, presidente Álvaro Uribe Vélez!», dijo Santos en 2010 del hombre al que muchos ahora consideran el caudillo de la derecha colombiana.

«Colombianos de muy diferentes opciones, incluyendo muchos que no simpatizaban con mi gobierno, se movilizaron por una causa: la causa de la paz», fue, en contraste, el punto de partida del discurso del domingo del mandatario reelecto.

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Juan Manuel Santos

Y la imagen de un presidente de Colombia agradeciendo públicamente por su elección a la representante de la una vez casi desaparecida Unión Patriótica, seguramente merece pasar a la historia.

«Quiero hacer un reconocimiento a Clara López, también a su compañera de fórmula, Aída Avella, porque en la primera vuelta hicieron una gran campaña y luego tuvieron el coraje de apostarle a la paz, de unirse a esta causa», dijo Santos de las candidatas de la alianza de izquierda encabezada por el Polo Democrático Alternativo.

Un reconocimiento lleno de significado para un país que en su momento no hizo prácticamente nada para evitar el exterminio de los líderes y simpatizantes de la UP –el partido original de Avella– precisamente a manos de escuadrones de la muerte de extrema derecha que los acusaban de ser una fachada de los guerrilleros.

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Apoyo decisivo

Las razones de Santos para agradecer públicamente el apoyo de López, Avella, Antanas Mockus –su rival durante las elecciones de 2010– y muchas otras personalidades y movimientos ubicados a su izquierda son evidentes.

 

El apoyo de la excandidata del Polo Democrático, Clara López, quien obtuvo casi un millón de votos en la primera vuelta, ayudó a inclinar la balanza a favor de Santos. Foto: AP/BBC.
El apoyo de la excandidata del Polo Democrático, Clara López, quien obtuvo casi un millón de votos en la primera vuelta, ayudó a inclinar la balanza a favor de Santos. Foto: AP/BBC.

Uribe ahora es su principal enemigo, mientras que el apoyo de la izquierda en la segunda vuelta de las elecciones fue claramente fundamental para decidir la contienda, inclinando la balanza de esa plaza decisiva que es Bogotá a favor del presidente y dándole también mayor tracción y credibilidad al discurso de la paz que Santos llevaba por bandera.

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Y, además, siempre es más fácil reconocer ese tipo de contribución que la de los caciques políticos de la costa caribe colombiana, quienes también movilizaron a toda su maquinaria a favor del mandatario llegando a conseguir para él ventajas de casi 8 a 2 en ciudades como Barranquilla.

 

Una mayor participación en las urnas también ayudó a decidir la contienda. Foto: AP/BBC.
Una mayor participación en las urnas también ayudó a decidir la contienda. Foto: AP/BBC.

Para muchos votantes de izquierda, sin embargo, no fue fácil decidirse a votar por la reelección de un hijo del establecimiento, hasta el punto que en las redes sociales muchos amenazaban con ir a las urnas con guantes y tapabocas para dejar claro que su voto era por la paz y no por el presidente.

Pero el sueño de un fin negociado al conflicto representado por las negociaciones de La Habana iniciadas por Santos, y la existencia de un adversario común en el uribismo, representado por Oscar Iván Zuluaga, parecen haber terminado de convencerlos.

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¿Gobierno de concertación?

El uribismo, sin embargo, todavía goza de muy buena salud y los siete millones de votos obtenidos por Zuluaga demuestran que son una fuerza que habrá que tener en cuenta.

Mientras que la izquierda ha insistido en que, por más que lo hayan ayudado a reelegirse, Santos no es «su» presidente.

 

Santos prometió gobernar sin odios y pidió el apoyo de todos los colombianos.

El partido Polo Democrático Alternativo, de Clara López, mantiene diferencias fundamentales con el mandatario en temas clave como el manejo de la economía y los tratados de libre comercio.

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Pero seguramente serán aliados en la búsqueda de la paz. Y Santos no renunciará a intentar otros acercamientos.

Nada sin embargo parece indicar que la llegada del «castro-chavismo» a Colombia –como advertían los simpatizantes más extremos de Zuluaga y el expresidente Uribe– sea realmente un riesgo inminente.

Más bien, si el discurso de proclamación de Santos es una guía, todo parece sugerir que el mandatario podría intentar una especie de «concertación» a la chilena.

 

Santos iniciará su segundo período en agosto.

Un poco por convicción – la búsqueda del consenso ha sido siempre una característica de Santos – pero también por necesidad, pues la oposición de Uribe en el senado muy probablemente lo obligue a buscar alianzas fuera de la derecha.

Pero, si tiene éxito, y efectivamente logra convertir a Colombia en un país más incluyente –en todos los sentidos– y el proceso de paz con las FARC y el incipiente con el ELN culminan exitosamente, la izquierda seguramente saldrá fortalecida.

Y si ese es el caso, en un futuro no muy lejano la posibilidad de que la izquierda colombiana no sólo ayude a elegir un presidente, sino que pueda ponerlo, será una realidad.

Algo que parecía casi impensable la primera vez que Juan Manuel Santos llegó al gobierno.

Fuente: BBC Mundo

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