Estimados lectores:
Nuestra pregunta sobre “¿De qué se ríe Papá Noel?” produjo distintas respuestas. Aquí presentamos algunas de ellas. Muchas gracias por participar, y a todos los que nos escribieron les llegará el premio ofrecido (¿será premio o castigo?): un par de libros virtuales.
¡Feliz año 2014!
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1. De la lucha contra el narcotráfico
2. De la mala gestión pública de nuestros gobernantes frente a la crisis mundial.
Ivonne Serrano, de Guatemala
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Papá Noel se ríe de ver tanto hijoputa suelto, mientras se fuma un divino porro, y se siente feliz con un bizcocho en el culo.
Daniel de Cullá, de España
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NAVIDADES VAN y VIENEN
Aunque no guste a los sionistas
Belén quedará siempre en Palestina
Lugar oficial del pesebre y la estrella
Donde el Niño nació entre aromas de vacas y bueyes
Y fue José quien asistió a su mujer María
Sin nada de ginecólogos ni parteras;
Después vino el tiempo de salir huyendo
Sin embargo los pobres niños de El Mozote ya no pudieron
Porque los batallones de Herodes llegaron y los murieron;
Hoy la Navidad es el consumo la gastadera
Con un señor gordo obviamente bien comido
Vestido de rojo purpura como los cardenales
Que a carcajada plena goza Jo, Jo, Jo…
Cuando lee las cartas de los niños pobres;
Antes de trabajar para coca cola
Su vestido era verde ecológico
Y era más recatado el viejo para carcajearse
Pero hoy día su risa holandesa
Ha convertido a posadas y villancicos
En productos exóticos más exóticos
Que los mentados ipad android de mil aplicaciones;
Mis recuerdos de Navidad tienen olor a barro de Ilobasco
A musgo, serrín, a lindas ilusiones
Y por esas ilusiones que ahora son de mis nietos
Deseo para todas y todos una digna Navidad
Y si pueden hacer el bien no lo duden
Aunque sean agnósticos y no crean en la misa del gallo.
Miguel Ángel Chinchilla Amaya, de El Salvador
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Papá Noel, es un personaje de marketing creado para promover el consumo en las personas y va por el lado más vulnerable que es la niñez. El disfraz, la risa y el cargamento de regalos son la trilogía ideal para alcanzar ese objetivo.
Saludos desde Santo Domingo.
Ivan De La Cueva, de Ecuador
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LA VERDAD ES QUE PUEDEN SER MULTIPLES LAS RAZONES POR LAS QUE PAPA NOEL SE RIE. EL ES PRODUCTO DE LA COCA COLA, QUIZÁ SE RIA DE LA PRESENCIA QUE HA LOGRADO ESA BEBIDA Y LAS GANANCIAS IMPRESIONANTES SIN, LAMENTABLEMENTE, PASAR DE MODA.
TAMBIEN SE PUEDE REIR DE LA COLONIZACIÓN CULTURAL QUE HA LOGRADO EL IMPERIO A TRAVÉS DE SU IMAGEN. AQUÍ EN EL SUR DE AMERICA HACE MUCHO CALOR PERO PAPA NOEL VISTE COMO PARA EL INVIERNO Y FESTEJAMOS LA NAVIDAD ADORNANDO NUESTROS ARBOLITOS CON NIEVE CUANDO AQUÍ ESTAMOS EN VERANO.
QUIZÁ SE RIA DEL COMERCIO EXTRAORDINARIO EN EL QUE SE HA CONVERTIDO LA NAVIDAD POR ESTOS LARES. YA CASI NADIE SABE DE QUE SE TRATA, SOLO SABEN QUE HAY QUE GASTAR Y REUNIRSE CON ESA EXCUSA PARA SEGUIR GASTANDO.
ESPERANDO SER GANADOR DE MAS CULTURA, LES ENVIO UN GRAN SALUDO Y SABEN QUE…..FELIZ NAVIDAD.
Axel Alejandro Zárate, de Argentina
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Sabemos que el pobre Papá Noel lleva una vida condenada al trabajo casi forzado. Pobre tipo, cumplidor de tarea itinerante, surcador de cielos, intrépido saltador de océanos, ríos, lagos, lagunas, montañas y cuanto accidente topográfico fuera creado por un señor que dicen que es barbado aunque no hay foto que lo muestre, (y que no es lo mismo que decirle señor barbudo dado que no liberó nada, como hicieron en Cuba, sino todo lo contrario)
Sale, vaya a saber desde dónde ya que siempre tuvo domicilio desconocido y no hubo servicio de inteligencia capaz de descubrir su guarida, tampoco que lo intente ya que el tipo no es peligroso, dicen. Carga sobre sus abrigados hombros bolsas con regalitos para repartir en cada casa del planeta, quedando exceptuadas la gran mayoría. Las demasiado pobres. Eso de por sí refleja un alivio para su trajinar ya que sabido es, los hogares pobres son mayoría.
Todo me indica que más que pagano como lo pintan, el tipo es duro. Casi como los que apuntan a la tolerancia cero, evidentemente no cumple con el mandato bíblico que enseña lo contraproducente que es juzgar las acciones de los otros. Entonces, salió a girar demostrando quién sí y quién no, es merecedor de su visita. Y no le importa que queden niños llorando, mucho menos si son morenos.
Si no hay divisa, nada de Papá Noel.
Si no comen, no viene Papá Noel.
Si los padres se portaron mal y reclamaron algo, tampoco se hará ver. No le gusta la gente conflictiva que se queja de todo.
Sectario como pocos, bah, no como pocos, más bien y en honor a la verdad digamos que es sectario como muchos. Demasiado, tanto que creo que de esos, nacieron las arcadas.
En la fotografía adjunta podremos verlo reír pero se sabe que desde hace rato lo viene haciendo (lo de reír, digo) sobre todo cuando se detiene a ver la bolsa pero no de regalos, sino la del mercado, que a veces desciende pero que en general cotiza en alza para él y sus patrones.
Creo que su sonrisa se remonta al momento en que fue conchabado por la mayor empresa de bebidas gaseosas, la que “refresca mejor”, la que “da más vida”, la qué “es así” , la que te muestra cuál es la “sensación de vivir”, ¿la cazaste? No la quiero mencionar para no hacer marketing.
La que desde 1886 te invita a “disfrutar el placer de vivir” y a hacer “la pausa que refresca” y que al bonachón personaje le calzó un uniforme roji-blanco sin tener en cuenta que al pasar por Latinoamérica, por ejemplo, las altas temperaturas de los diciembre podrían haberle producido un golpe de calor con los efectos nocivos que ello representa y sin tener en cuenta que el pobre perdería abruptamente varios kilos de tejido adiposo.
Tejido fácilmente reconstituible luego de la ingestión de la pócima en su presentación tradicional, motivo por el cual nunca se lo vio delgado. Si se cambia la imagen se cambia el símbolo y eso no se ajusta al parámetro establecido.
Por supuesto y gracias al consumo excesivo de la bebida en sus diferentes presentaciones: cola, frutada, dulzona, amarga, no fuera cosa que se la perdieran los diabéticos, público numeroso en el planeta pegajosamente azucarado, su labor fue mucho menos agotadora. Digamos que la fue piloteando más livianamente.
El panzudo visitante se mete por las chimeneas hogareñas cada vez que se conmemora el nacimiento de un Niño que por razones persecutorias abrió sus ojos a la vida entre los animales de un pesebre y que por esas cuestiones que vuelven a las cosas más finas, más presentables, más políticamente correctas, alguien se encargó de depositarlo en iglesias y catedrales.
Hoy al Niñito lo ves entre oro, esmeraldas, diamantes cuidadosamente lavados para que no se vea la sangre que chorrean, brotada de las manos de los negros del África que algún día alguien asegurará con sorpresa, que también tienen alma. (esto no tiene nada que ver con el viejito regalón. ¿O sí?)
Redondeando la pregunta de los compañeros, el símbolo del capitalismo, arquitecto constructor de las bases de la sociedad de consumo exacerbado. El símbolo de ingeniería perversa que dio forma a la marginalidad, a la pobreza extrema, al individualismo, anda por el mundo riendo. Motivos le sobran, hay muchos más y sería interminable querer detallar.
Cuando pasa por Colombia me contaron que ríe más fuerte, es una de las zonas más seguras de su recorrido. Dicen que grandes columnas paramilitares custodian su paso, no fuera cosa que los que persiguen el sueño de liberación y equidad pudieran atentar contra un personaje que de tan aséptico que parece, contamina mucho más de lo pensado.
Ríe Papá Noel, motivos le sobran, representa la victoria (aunque momentánea) del triunfo del gran monstruo que extendió sus tentáculos sobre un planeta que algún día sabrá crear sus propios símbolos y será libre para siempre.
O eso espero aunque muera esperando…
Nechi Dorado, Argentina