Diáspora guatemalteca reclama

Hace más de 5 años, en las postrimerías del gobierno de Oscar Berger, de forma apresurada el Congreso de la República aprobó la Ley del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (CONAMIGUA).

Fue una ley tan mal concebida que no pudo entrar en vigor sin que tuviese que ser reformada por primera vez, antes de su publicación, para que se pudieran elegir representantes de algunas organizaciones de migrantes en los Estados Unidos, si bien dichas elecciones se dieron bajo condiciones no democráticas. Desde entonces, sus profundas fallas no han permitido que este Consejo responda a las necesidades de las y los migrantes guatemaltecos, ni tampoco a las necesidades de los migrantes de otros países a su paso por Guatemala. Se han gastado millones de dólares y se ha tratado de cooptar constantemente a líderes migrantes, tanto por parte del gobierno de Colom como del actual gobierno de Pérez, y las y los migrantes guatemaltecos  seguimos sin contar con el apoyo del Estado guatemalteco, salvo las labores de los Consulados, para resolver nuestros agudos problemas.

Hoy, nos encontramos con la profundización de la crisis del CONAMIGUA: la pugna de poder al interior, entre la Secretaria Ejecutiva y la mayoría de miembros del “Consejo Asesor”. El primer campanazo, lo dio la Sra. Gordillo, al anunciar la aprobación del Reglamento Reformado del Consejo Asesor, en el cual busca la manera de deshacerse de “asesores” nombrados en años anteriores en 9 consulados de los Estados Unidos. De esto solamente nos dimos cuenta hace dos días, después de leer el Reglamento Reformado, el cual debimos pedir al CONAMIGUA porque seguía siendo un secreto, y luego de recibir la nota que anunciaba el voto de desconfianza de los “asesores” a la Secretaria Ejecutiva. Mediante el Reglamento Reformado, para cuya redacción no se sabe a qué migrantes consultó el CONAMIGUA, la Sra. Gordillo puede realizar elecciones inmediatas para sustituir a los “asesores”. En su comunicado, por su parte, estos piden dejar sin efecto todas esas medidas por ser manipuladoras.

Nosotros, claros acerca de las posiciones de ambos bandos, seguimos manifestando que las elecciones de asesores del CONAMIGUA en el pasado han sido ilegítimas –y, por ello, nos hemos negado a participar en esta farsa antidemocrática. Nos damos cuenta, por otro lado, que cualquier elección que se realice con el Reglamento Reformado recién aprobado es igualmente ilegítima –Y no participaremos en ella.

Una mirada rápida del Reglamento Reformado, que está en consonancia con la inoperante e inaceptable Ley del CONAMIGUA actual, nos lleva a señalar, una vez más, las terribles fallas que introduce el autoritarismo y clientelismo que practican las instituciones del país: se desconoce lo más mínimo de la práctica democrática y se restringen los derechos de grandes contingentes de nuestros ciudadanos.

a)      El capítulo III, en su conjunto, debe desaparecer, ya que habla de representantes de las “organizaciones de guatemaltecos radicados en el exterior”. La representación debiese ser de “las y los guatemaltecos radicados en el exterior”, ya sea que pertenezcan o no a alguna organización, para romper con el concepto de “clubes representativos”.

b)      Se sigue aceptando la condición de simplemente asesores para los representantes de los migrantes, con ocasional derecho a voz y sin derecho a participar en la toma de decisiones. Esto, una vez más, es inconcebible.

c)       De mantenerse el absurdo capítulo III cual está, sigue siendo indefendible limitar la participación a solamente las organizaciones con 50 o más asociados. Por otro lado, es un rasgo de autoritarismo señalar cómo deben ser los Estatutos de dichas organizaciones. Siempre hemos dicho que en cada consulado se debe abrir un registro de organizaciones de guatemaltecos; de manera democrática, todas ellas debiesen tener la posibilidad de proponer candidatos, al igual que debieran ser aceptados candidatos que sean respaldados  por una cierta cantidad de firmas. Y a la hora del voto, cada ciudadano o ciudadana de Guatemala debe ejercer su derecho individual, consagrado en la Constitución.

Finalmente, por ahora, toda la estructura está concebida en términos de que los únicos migrantes guatemaltecos que importan son quienes viven en los Estados Unidos. No hay consideración alguna hacia las personas guatemaltecas que residen en Canadá, México, Centro América, Sudamérica, Australia, Europa ni ninguna otra parte del mundo. Hay ignorancia absoluta de toda la Diáspora guatemalteca.

Es claro que las fallas son esenciales y que la única forma en que el CONAMIGUA pueda tener aceptación entre las comunidades guatemaltecas en el exterior y que se justifique su existencia es con la profunda reforma de su Ley y de sus Reglamentos. Para lograr esto, estamos dispuestos a trabajar con los Poderes Ejecutivo y Legislativo. En tanto no se dé, no tiene sentido nuestra  participación.

En síntesis, exigimos que se eliminen tanto el Reglamento del Consejo Asesor anterior como el  modificado, ambos antidemocráticos, y que se convoque a un congreso de migrantes en los Estados Unidos y a reuniones consulares en los demás países, con la participación amplia, democrática y representativa de los y las ciudadanas de la diáspora, para elaborar un proyecto de nueva ley del CONAMIGUA y los nuevos Reglamentos correspondientes. Solamente así se abordará, de manera adecuada el fenómeno migratorio guatemalteco.

 

Diáspora de Guatemala y ciudad de Guatemala, 6 de mayo de 2014

Comité Ejecutivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala

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