Un soldado abrió la puerta y los tanques rodaron sobre la Franja de Gaza.
«La nación está con ustedes», los alentaba su comandante. «Yo tengo plena confianza en sus capacidades. Vamos adelante. Buena suerte».
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Pero esta nueva fase de operaciones trajo consigo una nueva ola de víctimas fatales.
El hospital de Shifa es el escenario de estallidos de dolor: un hombre, con una desolación marcada en el rostro se apoya contra la pared.
Israel dijo que pensaba ampliar la ofensiva en los próximos días.
«Mataron a mis dos sobrinas», se lamenta. «¡Las hijas de mi hermano! ¡Las hijas de mi hermano!».
Cerca del hombre, Amar Dawoud vigila a su hija de cinco años, Rawiya, quien permanece inmóvil sobre la cama con una mano fracturada y, posiblemente, un trauma en el cráneo.
Dawoud relata que al menos 70 personas buscaron refugio en su casa antes de que fuera impactada por un misil.
«Todos ellos estaban buscando refugio», dice. «Y luego nos bombardearon».
«Somos humanos»
La gente está muriendo o quedando herida, pero también están siendo forzados a huir. Naciones Unidas afirmó que el número de desplazados por las acciones de Israel se duplicó en una sola noche: pasó de 20.000 a 40.000.
Encontré pacientes y miembros del personal del hospital de rehabilitación Wafa refugiados en la clínica de Gaza.
El Wafa ha sido atacado varias veces durante la semana pasada. Está cerca de la frontera y muy al alcance de las actividades militares israelíes.
Basman al Ashi, director del hospital, recuerda que el jueves en la noche todo parecía tranquilo hasta que de repente comenzó un intenso bombardeo antes del ingreso de las tropas a la Franja de Gaza.
Con la artillería alcanzando el hospital una vez más, Basman decidió evacuar el personal.
Basman describe cómo durante la evacuación, cuando estaba rodeado de sus pacientes, dos salvas de cohetes disparados desde muy cerca hicieron retumbar el lugar. Los cohetes fueron lanzados por Hamas o alguna de las otras facciones palestinas armadas.
Basman cierra sus ojos por un par de segundos. Cuando le sugiero que las acciones de Hamas simplemente empeoran la situación, los abre y me mira desafiante
Rastros de fuego enemigo en el hospital de Wafa en Gaza, cuyos pacientes tuvieron que abandonar.
«Esto es una respuesta natural a un ataque: nos estamos defendiendo», insiste.
Y añade: «Israel ha convertido a Gaza en un campo de concentración de 1,8 millones de personas. Ni aire, ni tierra, ni el mar. ¿Qué nos están queriendo decir? Los voy a poner en una prisión y sólo quiero tres cosas: que me obedezcan, que coman y que duerman. Pero se olvidan de una cosa: nosotros somos humanos también».
Israel dijo que los cohetes fueron disparados desde el hospital que dirige Basman, una acusación que es negada completamente.
Cuando viajé el viernes en la mañana por las carreteras abandonadas en la esquina noreste de la Franja de Gaza, pude ver los cráteres que los impactos de la artillería han dejado en el cuarto piso del hospital.
El centro clínico de Wafa es un lugar prominente en una zona en la que los israelíes le han advertido a la gente que se vaya.
Ahora todo está vacío y si las fuerzas israelíes continúan su avance en la Franja de Gaza en los próximos días, pronto podría estar bajo su control.Ahora todo está vacío y si las fuerzas israelíes continúan su avance en la Franja de Gaza en los próximos días, pronto podría estar bajo su control.que los israelíes le han advertido a la gente que se vaya.
Ahora todo está vacío y si las fuerzas israelíes continúan su avance en la Franja de Gaza en los próximos días, pronto podría estar bajo su control.
