
Hace cinco años el país había sido calificado como el más vulnerable del mundo, de ahí que el Ejecutivo inició el diseño de una estrategia de adaptación al cambio climático y gestión preventiva del riesgo, el cual fue compartido en la Conferencia Mundial de Reducción de Riesgos de Desastres de la Organización de las Naciones Unidas.
El Salvador ya no es el país más vulnerable del mundo, según indica el Informe Mundial de Riesgos de las Naciones Unidas de 2014 y que fue presentado este fin de semana en Sendai, Japón, durante el simposio de alto nivel organizado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), en el marco de la Tercera Conferencia Mundial de Reducción de Riesgos de Desastres la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según datos del JICA, el país continúa haciendo esfuerzos para progresar aún más hacia una sociedad ambientalmente segura y resiliente, además que el organismo de cooperación se ha convertido en un aliado estratégico para la construcción de previsión, prevención y resiliencia ante las amenazas de desastres.
De ahí que la institución indique que El Salvador ha desarrollado una iniciativa para el avance de Centroamérica hacia la seguridad ambiental y la adaptación al cambio climático.
El país ha sido receptor en este tiempo de $49 millones en donativos del Japón en maquinaria, equipo y contribuciones a la construcción de obras de protección que reducen el riesgo de desastres en las comunidades.
Los avances salvadoreños fueron destacados en la conferencia mundial por el ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, quien fue uno de los seis panelistas que disertaron en el encuentro de la ONU.
El funcionario y los conferencistas fueron invitados para compartir las buenas prácticas y lecciones aprendidas en la formulación y ejecución de estrategias integrales para la construcción de sociedades adaptadas al cambio climático.
El ministro Martínez y la delegación salvadoreña encabezada por la ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Lina Pohl; el secretario para Asuntos de Vulnerabilidad, Jorge Meléndez, compartieron las estrategias implementadas en el país y el rol del gobierno central en cuanto a la reducción de riesgo.
“Las enseñanzas aprendidas por El Salvador y América Central, que han sido creciente y sistemáticamente compartidas por la Cooperación Internacional japonesa, son especialmente valiosas”, dijo el funcionario en su intervención.
Martínez añadió que en el país se ha dado un giro estratégico del viejo enfoque reactivo hacia la cultura de la previsión, la prevención, así como el abordaje integral y holístico, prospectivo, estratégico y práctico.
Además dijo que el gobierno asume la gestión preventiva del riesgo como un emprendimiento de país, donde contribuyen instituciones públicas, privadas, académicas, la ciudadanía y la comunidad.
En los últimos años, y particularmente desde 2009, El Salvador ha sufrido el impacto de fenómenos extremos asociados a cambios climáticos como las tormentas: Ida, Alex, Agatha, Mathew, Andrew y Nicole. En octubre de 2011, es nuevamente azotado por la Depresión Tropical 12-E, que dejó un severo deterioro en vivienda, infraestructura vial, puentes, cárcavas, laderas inestables y otros.
Hace cinco años el país había sido calificado como el más vulnerable del mundo, de ahí que el Ejecutivo inició la construcción de una estrategia de adaptación al cambio climático y gestión preventiva del riesgo desde el Ministerio de Obras Públicas, que forma parte del gabinete ambiental y sistema nacional de protección civil.
Por ello creó la primera Dirección Técnica Especializada para la Adaptación al Cambio Climático y Gestión Preventiva del Riesgo (DACGER), única en su género en América Latina dentro de un Ministerio de Obras Públicas.
Proyectos con Japón
Desde el 2012 el gobierno de El Salvador y el JICA iniciaron el proyecto GENSAI Fase I, pionero e innovador desarrollado entre JICA y MOP, para aumentar la Resiliencia Climática de la Infraestructura Social y Productiva a través del reforzamiento de las capacidades técnicas de DACGER implementando tecnologías especializadas.
Este año, se aprueba la continuidad del proyecto GENSAI Fase II, enfocado en el control de deslizamientos, obras de protección y taludes inestables, el cual traerá beneficio para salvar vidas, viviendas, cosechas y bienes de la población.