
Eso ocurrió este domingo 5 de noviembre cuando un hombre armado llevó a cabo una masacre que dejó 26 muertos y 20 heridos en iglesia del área rural texano.
En Texas, un hombre armado abrió fuego con un rifle de asalto semiautomático en una iglesia durante el servicio del domingo por la mañana en la pequeña comunidad de Sutherland Springs; 26 personas fueron asesinadas y al menos otras 20 resultaron heridas.
Los testigos afirman que un hombre vestido de negro, con equipo táctico y chaleco antibalas, comenzó a disparar fuera de la iglesia antes de ingresar al lugar, disparándoles a las decenas de personas que se encontraban allí.
Entre las víctimas había una mujer embarazada, la hija de 14 años de edad del pastor de la iglesia y otros niños más pequeños, de hasta cinco años de edad. El sospechoso del ataque fue identificado como un hombre blanco de 26 años de edad llamado Devin Patrick Kelley, de New Braunfels, Texas.
Kelley fue hallado muerto en su automóvil, con una herida de bala, poco después del tiroteo. Todavía se desconoce si se suicidó o si murió a causa de las heridas causadas por un residente local que le disparó después de la masacre de la iglesia y a continuación lo persiguió en automóvil, junto con otra persona, durante 18 kilómetros.
Kelley se alistó en la Fuerza Aérea de Estados Unidos en el año 2010. En 2012 fue sometido a un consejo de guerra por agredir a su esposa y a su hijo, por lo que permaneció un año en la cárcel y fue dado de baja por “mala conducta” en 2014. Visite democracynow.org/es para ver más información sobre la masacre de Texas.