El presidente Donald Trump, amenazó con retirar de Puerto Rico la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y abandonar las medidas federales para la recuperación del territorio, en momentos en que la mitad de la isla sigue sin agua potable y más del 80% carece de electricidad, después de tres semanas del paso del huracán María.
Los funcionarios de la FEMA también reconocieron que hay una escasez masiva de alimentos en la isla, mientras que los funcionarios de salud advirtieron que los hospitales estaban en condiciones extremas. El jueves, Trump intentó culpar a Puerto Rico por la catástrofe humanitaria al expresar en Twitter que “toda la infraestructura era un desastre antes de los huracanes”.
Más adelante, Trump tuiteó: “No podemos mantener en Puerto Rico para siempre a la FEMA, al ejército y a los trabajadores de emergencia, que han hecho un trabajo increíble (en las circunstancias más difíciles)”. El tuit de Trump provocó una reacción inmediata, tanto en Estados Unidos continental como en Puerto Rico. La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, declaró que Trump amenazaba con “condenarnos a una muerte lenta causada por la falta de agua potable, alimentos y medicamentos”.
También hizo un llamado a la Organización de las Naciones Unidas, Unicef y el mundo para que “defiendan al pueblo de Puerto Rico y pongan fin al genocidio que será consecuencia de la inacción de un presidente que simplemente no comprende, porque no ha podido vernos a los ojos y ver el orgullo que arde ferozmente en nuestros corazones y almas”.
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