Espejito, espejito…

Por Teresa Gurza

Esta semana además de los internos, nos dieron en la torre dos certeros golpes venidos de afuera.

Fuimos colocados por Transparencia Internacional en el lugar 98, de naciones corruptas; y el nuestro es, el país más corrupto de la OCDE con sólo 35 de cien puntos de honestidad; muy por debajo por ejemplo, de Chile y Uruguay.

Y como si no fuera suficiente para una sola semana,  la organización Freedom House, que mide la libertad de información, asegura que no tenemos plena libertad de prensa.

Pero esas clasificaciones no impactan a políticos y funcionarios;  que no reaccionan ante esos vergonzosos señalamientos.

Pareciera que se les está haciendo costumbre actuar como si no estuvieran enterados, de lo que afecta nuestra imagen a nivel internacional.

Y tampoco los altera el que seamos una nación desigual, con un creciente número de pobres que abarca a más del 52 por ciento de los mexicanos; que las escuelas están deterioradas y la educación por los suelos; que Pemex sea un desastre y se hayan desplomado las exportaciones petroleras y que la devaluación diaria del peso presione sobre todo, pero no únicamente, alimentos y medicinas.

Haciendo como que no ven lo que hoy nos caracteriza, los mandamases se sientan en presidiums de todo tipo; pero siempre rodeados de botellitas de agua y arreglos florales en los que se van millones y fotografiándose muertos de la risa; lo que comprueba que lo que atañe al país, no les interesa ni preocupa; claro, mientras no afecte sus propios e inmediatos intereses.

Así que por favor no me los distraigan con esas nimiedades de la corrupción y la libertad de prensa, porque están ocupados en hacer negocitos y conseguir bonos y dineros que los compensen del agotador, eficiente y magnífico trabajo que realizan.

¿No será que algunos de ellos tienen un espejo como el de la madrastra de Blanca Nieves, que les hace creer que son inteligentes, competentes, guapos y hasta decentes y probos?

De otro modo no se explican sus comportamientos; ni sus anhelos de replicarse en otros espejos para que sus imágenes, actos y pensamientos, queden más veces reflejados.

Es el caso de Rosario Robles, incapaz de disminuir el número de pobres en los tres años y muchos miles de millones de pesos gastados cuando estuvo al frente de la Sedesol; y que se ve tan perfecta, que quiere que todos sepamos en lo que anda; y para eso, sigue dilapidando dinerales en promoverse usando precisamente, los recursos que debían ser usados para mejorar la situación de comida y vivienda, de más de la mitad de sus compatriotas.

Y a propósito, ¿Qué pensarían los presidentes reunidos en Ecuador, cuando el miércoles pasado oyeron decir a Peña Nieto que Latinoamérica debe luchar contra la pobreza, sabiendo como saben que no lo ha hecho en el país que gobierna?

Otro caso emblemático de quien usa el espejo sin advertir la poca congruencia, la corrupción y el descaro, es el de Humberto Moreira; a quién vimos salir de la cárcel mordiendo una manzana, a lo mejor envenenada como la de  Blanca Nieves.

Y no es el único de los ex gobernadores libres, pese a haberse enriquecido con dinero ajeno.

Con ansias de novillera, Margarita Zavala se mira a menudo en su espejito mágico  buscando le diga que es la más inmaculada; y gana publicidad con eso de que el PAN debe pedir perdón por postular para diputada a Lucero Sánchez, acusada de falsificar documentos y ligas con Joaquín El Chapo Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa.

Por favor, no debe ser tan escrupulosa; eso es pecadillo menor ante el cúmulo de faltas mayores cometidas por su partido y su marido.

Es ridículo pretender que le creamos, que no sabe que hay otras cosas graves por las que pedir perdón; como esa guerra iniciada en un momento de locura y soportada con miedo, desesperación y tristeza por todos los mexicanos, especialmente por los familiares de sus víctimas y que sigue ocasionando miseria, violencia, miles de muertos, cientos de desaparecidos y daños colaterales.

Para ser perdonados, es necesario hacer antes un buen exámen de conciencia; que incluya la entrega de millones de hectáreas a trasnacionales mineras; permisos en lo oscurito, que destruyeron humedales y Tajamares en Guerrero y Quintana Roo; tonterías y desconocimiento de la Historia y cultura patria, amén de despotismos y favoritismos que favorecieron irregularidades y desvíos en los dos gobiernos panistas… Pero ay, pido disculpas porque se me acabó el espacio antes de  terminar la lista de cosas por las que debieran excusarse.

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