Carolina del Norte.
Por Ramón Jiménez
Al menos 15 personas han muerto tras el paso del huracán Florence por las Carolinas, que luego se debilitó y este domingo de una poderosa tormenta pasó a ser una depresión tropical.
Eso trajo algún alivio a los residentes de Washington, D.C. y condados vecinos en los estados de Virginia, Maryland y otros estados de la Costa Este de Estados Unidos, que estaban preparados para algo peor.
Según reportes de las autoridades diez personas perecieron en Carolina del Norte y cinco en Carolina del Sur, ya sea porque se ahogaron al desbordarse ríos y lagos o porque fueron impactadas por árboles que cayeron sobre sus viviendas así como una pareja que murió al incendiarse su casa, otros murieron al ser lanzados con fuerza por los fuertes vientos.
Entre los muertos se cuentan a una madre de 41 años y su hija de siete meses que murieron al caerles un árbol sobre su casa en la ciudad de Wilmington, Carolina del Norte, mientras que el padre de la niña fue transportado al hospital para recibir tratamiento.
Existe otro caso en el condado de Lenoir de un hombre de 68 años, quien fue electrocutado afuera de su casa al tratar de conectar dos extensiones eléctricas. Otra señora falleció en la ciudad de Hampstead de un ataque al corazón.
Este domingo unos 760 mil hogares permanecen sin energía eléctrica en Carolina del Norte y alrededor de 36 mil en Carolina del Sur, al mismo tiempo que numerosas carreteras permanecen bloqueadas por árboles y postes de la luz que fueron arrancados o que han sido inundadas por las lluvias torrenciales.
