Francisco llegó a Estados Unidos con un mensaje claro en defensa de los inmigrantes en momentos en que siguen siendo objeto de críticas por parte de aspirantes presidenciales. “Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias”, dijo el Papa la soleada mañana del miércoles al ser recibido con honores en la Casa Blanca por el presidente Barack Obama.
En su recorrido por la calle Constitución luego de reunirse con Obama, el jefe de la Iglesia Católica abrazó a la niña mexicana Sophie Cruz, quien le entregó un mensaje para evitar la deportación de padres indocumentados con hijos nacidos en suelo estadounidense. En un encuentro al mediodía con obispos en la Catedral de San Mateo en Washington, Francisco reconoció las dificultades de recibir a los inmigrantes, en su mayoría de origen latinoamericano, quienes enfrentan la barrera del idioma. “Tal vez no sea fácil para ustedes leer su alma; quizás sean sometidos a la prueba por su diversidad”, dijo Francisco, el primer papa latinoamericano en la historia de la Iglesia Católica.
En todo caso, sepan que también tienen recursos que compartir. Por tanto, acójanlos sin miedo. Ofrézcanles el calor del amor de Cristo y descifrarán el misterio de su corazón. Estoy seguro de que, una vez más, esta gente enriquecerá a su País y a su Iglesia”, recalcó. “Ahora tienen esta larga ola de inmigración latina en muchas de sus diócesis. No sólo como Obispo de Roma, sino también como un Pastor venido del sur, siento la necesidad de darles las gracias y de animarles”, manifestó.
En el marco de la visita, un grupo de cien mujeres inmigrantes hicieron un recorrido de cien millas a Washington para reiterar su mensaje al Papa de que siempre conciencia al Congreso sobre la importancia de una reforma migratoria. El rostro del origen de la violencia que obliga a muchos a inmigrar lo pusieron un puñado de hondureños mutilados por el tren La Bestia y madres mexicanas de estudiantes desaparecidos en la localidad de Ayotzinapa.
El Papa tiene previsto para el jueves un discurso ante el Congreso en el que la comunidad hispana espera que reitere la urgencia de una ley para legalizar a 11 millones de indocumentados y un alto a las deportaciones y detenciones por parte del gobierno de Obama. En el Congreso hay una estatua al primer santo hispano de Estados Unidos, Junípero Serra, canonizado el miércoles por Francisco en la Basílica de la Inmaculada Concepción en Washington.
Ahora toca a los creyentes rogarle un milagro, que son leyes más justas para los inmigrantes que buscan una vida mejor en Estados Unidos.
jueves, abril 18
