Galeano, el hombre que "adoraba escuchar historias"

Según el fotógrafo brasileño, Galeano deja una tercera opción en la literatura.
Según el fotógrafo brasileño, Galeano deja una tercera opción en la literatura.

Sala de embarques de un aeropuerto. Se desata una tormenta apocalíptica, que paraliza todos los vuelos. Para muchos esas horas son tiempo perdido, una desgracia. Pero para el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado fueron una invitación a charlar, a conocerse mejor.

Salgado, de 71 años y reconocido internacionalmente por sus retratos impactantes sobre la miseria y el sufrimiento humano, evocó ese y otros momentos que compartió con su amigo Galeano, el escritor uruguayo que murió este lunes por un cáncer de pulmón a los 74 años.

“Eduardo era muy curioso, adoraba escuchar historias”, contó en una entrevista telefónica con BBC Mundo desde su oficina en París. Y reflexionó que las obras de ambos son “casi la misma” cosa.

Extractos del diálogo:

¿Cómo recuerda a Eduardo Galeano?

Recuerdo a Eduardo como un gran amigo, una persona a la que tenía total consideración. Un gran compañero de ideas, de ética y de fútbol. Por ello perdimos un gran amigo. Esta mañana cuando supe hablé con Helena (Villagra, su esposa). Fue una gran pérdida para mí.

¿Compañeros de fútbol? ¿Jugaban o veían juntos los partidos?

Salgado
Un gran compañero de ideas. de ética y de fútbol, asegura Salgado.

(Risas) No, ni veíamos juntos. Pero cada gol de Uruguay en estas copas del mundo, un telefonazo a Galeano. Era un apasionado por el fútbol. En la Copa de Sudáfrica, aquel (cuarto de final) con Ghana, dramático y fantástico, pasamos un tiempazo en el teléfono.

¿Un recuerdo en particular de los momentos juntos?

Recuerdo una vez que hicimos una conferencia en Santa Fe (Nuevo México, Estados Unidos). Estábamos volviendo juntos, él a Uruguay y yo a Brasil. Y nos quedamos en el Aeropuerto de Houston en una tormenta como nunca había visto. Ningún avión despegaba.

Pasamos unas ocho horas sentados en aquel aeropuerto, charlando. Fue un momento tan fuerte y tan agradable: bloqueados ahí, casi en un desierto, con una tormenta que tenías la impresión de que el mundo iba a acabar.

¿Alguna frase que le haya dicho?

Eduardo era muy curioso, adoraba escuchar historias. Recuerdo que le conté la historia muy interesante de un señor que encontré cuando estuve trabajando muchos años atrás, en la Guayana Francesa. Un hombre había venido a buscar oro. Llegó jovencito, en los años ’40, con veintipocos años. Y cuando lo encontré, en 1980, ya era un viejito trabajando ahí con la esperanza de encontrar oro, de buscar.

Le conté esa historia a Eduardo y él quedó tan interesado que terminó haciendo una crónica maravillosa sobre esa vivencia mía. Era una persona que casi escuchaba mucho más que lo que contaba. Eduardo era un excelente escuchador. Y en la realidad fue un gran contador en la literatura.

¿Cuál cree que es su principal legado literario?

Galeano
Galeano tenía un ética definida, dice el laureado fotógrafo.

 
 

Deja una tercera opción en la literatura, un punto de vista crítico y esclarecido, con posturas claras en toda su vida. Su contribución fue muy grande en ese sentido, un punto de vista muy avisado, muy fuerte. El punto más importante fue la claridad ideológica de Eduardo, que apareció en su literatura.

¿Cuánta vigencia tiene hoy un libro como “Las venas abiertas de América Latina”, escrito en otro siglo, en tiempos de Guerra Fría?

Oiga, puede haberlo escrito en otra época, pero la verdad a la que él se refiere es tan anterior a esta época y a la época de la Guerra Fría… Cuenta otra historia de América Latina y eso es muy importante: que haya hoy un cambio desde el punto de vista crítico, otra referencia. Porque el mundo hoy no está dividido en dos bloques; está dividido en un solo bloque. Entonces las cosas fueron casi rejuzgadas, pero la historia a la que se refiere es la historia de siempre.

Usted ha retratado las desigualdades como fotógrafo. ¿Hay un paralelismo o un punto en común grande entre su obra y la de Galeano?

Tiene todo que ver una obra con la otra, sí. Estuvimos en muchas conferencias juntos y era una complementariedad enorme. Lo que yo pensaba, lo que hablaba y él también. Para mí fue algo… No digo complementario, porque una cosa y otra es casi la misma.

El era un escritor, fue un gran periodista, y un fotógrafo… Pero el modo en que vi el mundo, cómo me posicioné en mi vida, fue más o menos como él se posicionó. Eduardo tenía una ideología definida, una ética definida. Y lo más interesante para mí en la obra de Eduardo es la correlación entre lo que hacía, lo que pensaba, lo que escribía y cómo se comportaba. Existe una gran coherencia.

Fuente: BBC Mundo

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