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El cierre de los servicios del Gobierno estadounidense ha entrado en su trigésimo quinto día y ha igualado el récord de la paralización más prolongada en la historia del país, sin que se vislumbre un final cercano. Mientras tanto, el Gobierno de Trump aceptó cumplir con una orden judicial que le exige financiar parcialmente los subsidios alimentarios para 42 millones de personas.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos anunció que utilizará un fondo de contingencia para proporcionar solo la mitad de las prestaciones del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés). La congresista demócrata Rashida Tlaib dijo al respecto: “No debería ser necesaria una orden judicial para que el presidente deje de matar de hambre a las familias y libere los fondos”.
El lunes, el senador republicano John Barrasso bloqueó un proyecto de ley impulsado por los demócratas que exigía la financiación total de las prestaciones del programa de asistencia alimentaria. Aproximadamente uno de cada ocho residentes de Estados Unidos recibe un promedio de 187 dólares al mes en ayuda alimentaria proporcionada por el Gobierno. Estas fueron las palabras expresadas por Jessica Alicea, una beneficiaria del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria en el estado de Virginia.
Jessica Alicea: “Sé lo que es darles de comer a mis hijos y pasarme la noche sin comer. Sé lo que significa asegurarme de que mis hijos tengan todo lo que necesitan, aunque yo deba privarme de lo mío”.
