Por Teresa Gurza
Esta semana la ONU dijo oficialmente, lo que todos sabíamos: «En ningún país del mundo se ha alcanzado la igualdad de género».
Y con esta situación llegamos a la conmemoración de este año del Día Internacional de la Mujer; fecha que la ONU está aprovechando para llamar a cambiar las cosas, reflexionar sobre los progresos alcanzados y celebrar los actos de valor y determinación de mujeres comunes y corrientes de todo el mundo, cuyas acciones han ayudado a la evolución de sus países y comunidades.
Pienso que en México, a pesar de la inmensidad de carencias y marginación en que viven millones de mujeres ignorando hasta que tienen derechos, podríamos celebrar a Las Patronas; esas valientes mujeres que por pura compasión y sin ayuda de nadie, regalan agua y comida a quienes viajan en laBestia.
La ONU quiere destacar este año, lo poco que se ha cumplido la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing; firmada hace dos décadas por 189 gobiernos y que establecía la agenda para hacer efectivos los derechos de las mujeres.
Un vistazo muestra que lo planeado no ocurrió; en muchos países las mujeres siguen teniendo condición de esclavas sin permiso para estudiar, moverse libremente, vestir la ropa que quieren, casarse con quien les plazca, o participar en política; son mutiladas en sus órganos sexuales o encarceladas por no terminar sus embarazos; desaparecidas y luego encontradas asesinadas.
Y la mayoría de naciones firmantes en Beijing, no han podido garantizar que sus mujeres crezcan en sociedades libres de violencia y discriminación.
“Las brechas que aún persisten son numerosas y profundas”, dijo en su mensaje de este 8 de marzo la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Phumzile Mlambo-Ngcuka, al demandar acciones para que la paridad de género sea realidad antes de 2030.
Y Michelle Bachelet, primera titular de ONU Mujeres y hoy presidenta de Chile, dijo al clausurar en Santiago una reunión de balance, que cumplir con el reto de la igualdad es para muchas mujeres «la diferencia entre morir o vivir”.
Aunque la lucha de género no empezó en la Revolución Francesa sino mucho después, fue ahí cuando primero se oyó el grito de la igualdad y las parisinas tuvieron conciencia colectiva de su situación social.
Pasaron los años y a mediados del siglo XIX, se empezó a hablar de sufragio femenino, separación entre sexualidad y reproducción, maternidad libre, libertad sexual y uso y difusión de métodos anticonceptivos artificiales; y a luchar contra la opresión social, familiar y laboral.
En 1908 socialistas europeas empezaron a festejar un día dedicado a las mujeres trabajadoras; y dieron apoyo a la huelga de 15 mil obreras textiles norteamericanas que protestaban por las penosas condiciones de trabajo existentes en las fábricas de Chicago y Nueva York, exigiendo reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho de voto.
Un año después el Día Nacional de la Mujer, fue celebrado por primera vez en Estados Unidos impulsado por el Partido Socialista de ese país.
Y en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague en 1910, con asistencia de alrededor de cien mujeres de 17 países, se reiteró la demanda de sufragio universal; y a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
En 1911 se realizaron en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, mítines multitudinarios exigiendo para las mujeres el derecho de voto, a ocupar cargos públicos, al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Pero fue el asesinato el 25 de marzo de 1911, de 146 obreras textiles de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York que fueron calcinadas en la puerta de esa empresa, lo que tuvo efectos inmediatos para modificar la legislación laboral en EU.
Con la creación de países socialistas, se empezó a festejar en ellos el 8 de marzo como día de la mujer.
Y fue precisamente en la reunión de la ONU de 1975 en México, en la que mucho colaboró María Esther Zuno esposa del entonces presidente Luis Echeverría, cuando esta organización decretó festejar esa fecha como Día Internacional de la Mujer.
En 1977 lo proclamó oficialmente Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional; y con los años, esta celebración ha ido adquiriendo dimensiones globales, y ayudado a afianzar la lucha por la igualdad de derechos.