En Estados Unidos, una jueza federal ordenó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas liberar a los menores inmigrantes que se encuentran en “centros de detención para familias” debido a la preocupación que suscita el aumento de los contagios por coronavirus.
La orden afecta a dos cárceles para inmigrantes en el estado de Texas y una en el estado de Pensilvania, así como a instalaciones que albergan a menores no acompañados. La semana pasada, documentos judiciales revelaron que 11 inmigrantes detenidos dentro de una prisión para familias en el condado de Karnes, en Texas, dieron positivo por COVID-19.
La jueza federal de distrito Dolly Gee escribió, comparando el brote con un incendio: “Las [instalaciones] están ‘en llamas’ y no hay más tiempo para medidas parciales”. Al menos 750 reclusos del Servicio de Inmigración y 45 trabajadores de dicha agencia han dado positivo por coronavirus.
