La deuda Interna

Un libro de G.E.Packer muestra la decadencia de la sociedad estadounidense.

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George E. Packer, que escribe para The New Yorker y cosechó varios premios con Assasins Gate: American in Iraq , tiene otro método de abordar la sociedad de su país en el imperdible El desmoronamiento. Treinta años de declive americano . Cuenta su visión no con estadísticas ni apelando a premios Nobel, sino a través de hombres y mujeres comunes a quien la vorágine existencial los ha convertido en ejemplos de supervivencia: estadounidenses misteriosos que se abren camino mientras todo se desmorona, y en su periplo pasan ante los monumentos erigidos donde antaño se alzaban las viejas instituciones del Estado de Bienestar. Transitan por sus páginas políticos dignos de House of Cards, Silicon Valley –donde se generan riquezas sin fin y hoy es bastión del neo conservadurismo–, innovadores que no pueden con monopolios, sobrevivientes por la ayuda estatal, ciudades industriales ahora fantasmales, etc. Un trabajo que se lee como novela cuando es no ficción.

Parker entrelaza historias personales con perfiles biográficos de importantes figuras públicas de la época. No falta un escritor de la talla de Raymond Carver, el ex secretario de Estado Colin Powell, quien de joven brillante de la constelación militar sería el portavoz de la gran fábula que llevó a Washington a agredir a Irak, el rapero Jay-Z y collages de titulares periodísticos, lemas publicitarios y letras de canciones, que captan la evolución de los acontecimientos y sus corrientes subterráneas.

El desmoronamiento es el relato de un gran país que para Packer está camino a derrumbarse, con elites que ya no son lo que fueron, instituciones que ya no funcionan (como las que regulaban al capital financiero, una de las razones de la crisis bancaria de 2008), y sobre todo, gente común, dejada de las manos de Dios y tratando de sobrevivir. Es, en suma, un calidoscopio de los EE.UU. actuales.

La crisis financiera y su secuela, los desahucios, campean sobre gran parte de este ambicioso trabajo. La crisis supuso la quiebra del sistema legal, o sea, haber borrado las leyes-muro entre la banca comercial y la banca de inversión (la más importante: la ley Glass-Steagall, aprobada en 1933 y derogada en 1999) cuya vigencia hubiera impedido los desastres de la hipotecas subprime y conservado el control sobre las operaciones en Wall Street. Por caso otra ley, de 1938 y derogada en 2007, que obligaba a los inversores a esperar que un valor subiera antes de venderlo al descubierto, poniendo un freno a la especulación.

Por ausencia de la legislación de los tiempos del New Deal (que se desmoronó) los bancos pudieron hacer fraude, declararse técnicamente insolventes y estafar a millones de personas. En 2009 “a lo largo y ancho del país, se declararon 1.410.653 bancarrotas”. En buena medida por las insolvencias para pagar las hipotecas y los préstamos ofrecidos alegremente hasta que la burbuja explotó. Sostiene Packer que “los estadounidenses nacidos a partir de 1960 han vivido la mayor parte de su vida adulta en el vértigo de ese proceso de desmoronamiento histórico … Cuando las reglas que antaño hicieron útiles a las instituciones comenzaron a desmoronarse y los líderes descuidaron sus cargos, comenzó el desmantelamiento de la República rooseveltiana. Vino a llenar ese vacío el poder de base en la vida de los estadounidenses: el dinero organizado”.

 Texto extraido de Torre de Babel

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