La petición surge al mismo tiempo que el centro de detención de San Diego se niega a permitir la entrega de mascarillas.
La Organización de las Naciones Unidas urge a Estados Unidos a liberar a inmigrantes encarcelados a medida que los casos de coronavirus continúan aumentando en cárceles de inmigración superpobladas y en condiciones insalubres en todo el país.
Se han confirmado 360 casos de coronavirus en prisiones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
En otras noticias sobre inmigración en Estados Unidos, el personal del centro de detención privado de Otay Mesa, cerca de la ciudad de San Diego, impidió que un grupo de activistas entregara casi 1.000 mascarillas a inmigrantes encarcelados en las instalaciones. El grupo estuvo acompañado el viernes por la asambleísta de San Diego, Lorena González, quien dijo: “Estos son seres humanos.
No tenemos muertes masivas, pero sabemos hacia dónde va esto”.
En noticias jurídicas, la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a suspender temporalmente la llamada regla de carga pública establecida por el Gobierno de Donald Trump, la cual permite al Gobierno negar solicitudes de residencia a inmigrantes que hacen uso de beneficios públicos como cupones de alimentos.
A principios de este mes, los estados de Connecticut, Vermont y Nueva York, así como la ciudad de Nueva York, solicitaron a los jueces revertir dicha regla ante la devastación económica provocada por la pandemia, que ha afectado especialmente a las comunidades de inmigrantes.
Más casos de COVID-19 en las cárceles de EE.UU.

Un nuevo estudio muestra que el 96% de los reclusos que dan positivo son asintomáticos
Mientras el número total de casos confirmados de COVID-19 en los Estados Unidos se acerca al millón, la evidencia apunta a que una parte mucho mayor de la población ya ha estado infectada sin presentar ningún síntoma.
La agencia Reuters informa que un estudio realizado entre reclusos en los estados de Arkansas, Carolina del Norte, Ohio y Virginia concluyó que el 96% de los reclusos de los sistemas penitenciarios estatales que dieron positivo por coronavirus no mostraron ningún síntoma.
En el estado de Nueva York, otros dos reclusos en el Centro Correccional Fishkill han muerto por COVID-19. En los centros correccionales Fishkill y Sing Sing ocurrieron al menos siete de las nueve muertes relacionadas con COVID-19 de personas recluidas en Nueva York.
En el estado de California, el Complejo Correccional Federal de Lompoc, que tiene uno de los mayores brotes de coronavirus de las cárceles de Estados Unidos, según los informes, restablecerá el contacto telefónico entre los reclusos y sus seres queridos después de la presión constante de las familias de los reclusos. Los familiares se reunieron afuera de la prisión el sábado reclamando que no habían podido comunicarse con sus seres queridos, algunos desde hacía dos semanas.