Foto: cortesía Democracy Now!
Eso lo afirmó este jueves mientras grandes entidades de Wall Street salen al rescate del First Republic Bank.
En Estados Unidos, las entidades bancarias más grandes de Wall Street se han movilizado para rescatar al First Republic Bank, un banco con sede en San Francisco, California que en los últimos días había perdido gran parte de su valor bursátil.
Sucedió después que la repentina quiebra de los bancos regionales Signature Bank y Silicon Valley Bank desatara la semana pasada el temor a un colapso financiero en el país.
Los bancos Bank of América, Citigroup, JPMorgan Chase y Wells Fargo realizarán, cada uno, depósitos no asegurados en el First Republic Bank por valor de 5.000 millones de dólares, mientras que otras siete instituciones bancarias de Wall Street depositarán 10.000 millones de dólares adicionales.
La Reserva Federal de Estados Unidos informa que entidades de Wall Street han recibido alrededor de 300.000 millones de dólares en préstamos de emergencia durante la última semana, aproximadamente la mitad de lo que la Reserva Federal prestó a los bancos durante la crisis financiera de 2008.
En el Congreso de Estados Unidos, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, intentó tranquilizar al Comité de Finanzas del Senado defendiendo la estabilidad de los mercados financieros estadounidenses.
Secretaria del Tesoro, Janet Yellen: “Puedo asegurarles a los miembros del comité que nuestro sistema bancario es sólido y que los estadounidenses pueden confiar en que sus depósitos estarán ahí cuando los necesiten”.
Yellen defendió la decisión del Gobierno de Biden de permitir que todos los clientes que hicieron depósitos en el Silicon Valley Bank y en el Signature Bank recuperaran sus activos después del colapso de estos bancos, mediante el uso de fondos de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos.
La medida se tomó a pesar de que más del 93% de los activos del Silicon Valley Bank y del Signature Bank no estaban asegurados por la agencia federal. Al ser interrogada por los senadores, Yellen admitió que los bancos más pequeños que quiebren en el futuro podrían no recibir el mismo trato.
