La enfermera Sandra Lindsay de Nueva York fue la primera en recibir una vacuna de Pfizer y BioNTech en EE.UU.. Foto: cortesía Democracy Now!
El número total de muertes por COVID-19 en Estados Unidos superó las 300.000 el lunes, al tiempo que se administró la vacuna a los primeros estadounidenses fuera del entorno de un ensayo clínico.
En el distrito de Queens, en la ciudad de Nueva York, área que fue uno de los epicentros de la pandemia en la primera mitad del año, la directora de la unidad de cuidados intensivos y enfermera de terapia intensiva Sandra Lindsay fue la primera en recibir la vacuna contra el coronavirus fabricada por Pfizer y BioNTech. La doctora Michelle Chester fue quien le dio la inyección.
Ambas mujeres son afroestadounidenses. Después de recibir la dosis, Lindsay dijo que esperaba dar el ejemplo a otros afroestadounidenses que podrían sentirse escépticos con respecto a la vacuna debido a los sórdidos antecedentes de experimentación médica con personas negras en Estados Unidos.
Sandra Lindsay: “Fue una experiencia emotiva. Como trabajadora sanitaria en la primera línea de lucha contra la pandemia junto a mi equipo, he visto mucho dolor, daño, sufrimiento, muerte. Por eso, recibir la vacuna me quitó un gran peso de encima. No estaba nerviosa porque, como ya dije, confío en la ciencia. Así que ni lo dudé cuando me preguntaron si me pondría la vacuna”.
Las primeras inyecciones de la vacuna contra la COVID-19 se administraron al tiempo que Estados Unidos registró más de 200.000 casos nuevos y casi 1.700 muertes por coronavirus. En el estado de California, las unidades de terapia intensiva están desbordadas o casi al límite de su capacidad, y ya no hay camas libres en las unidades de cuidados intensivos de gran parte del Valle de San Joaquín. En los últimos días, la ciudad de Los Ángeles ha batido récords en lo que respecta a los contagios de COVID-19. Los expertos en salud pública advierten que la peor parte de la pandemia podría estar por llegar al país, ya que los modelos matemáticos pronostican un promedio de más de 3.000 muertes diarias durante las próximas semanas en Estados Unidos.
